POR María Ximena Perez para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ
Está pensada para que los científicos puedan estudiar la conservación de los ecosistemas marinos y comprender los fenómenos de la Tierra y el espacio.
Además de ser uno de los entornos más complejos y valiosos del mundo, los océanos siempre llamaron la atención y despertaron la imaginación de los seres humanos. Hasta el siglo XIX, parecían misteriosos y de difícil acceso, pero luego se inició su exploración científica. Hoy son objeto de interés no sólo porque desempeñan un importante papel económico sino también porque son un componente fundamental del clima. Por caso, es muy común pensar que la mayoría del oxígeno proviene de los árboles y selvas. Sin embargo, los ecosistemas terrestres producen solo el 28 por ciento del total que se produce en la Tierra. De acuerdo con diversos estudios, al menos el 70 por ciento es producido por plantas marinas alojadas en los océanos.
En esa dirección, poder estudiar estas aguas en profundidad puede ayudar a entender muchos aspectos esenciales del planeta y de la vida humana. Así lo entiende Fabien Cousteau, nieto del emblemático investigador marino Jacques Cousteau, quien presentó un proyecto equivalente a la Estación Espacial Internacional, pero ubicada en las profundidades del océano. Un repaso de sus características desde la Agencia de noticias científicas de la UNQ.
Bajo el nombre Proteus, la estación submarina diseñada por Cousteau pretende ser el máximo laboratorio de estudio de los mares. Según el Centro de aprendizaje del océano Fabien Cousteau (FCOLC), la estación de investigación submarina busca promover la investigación científica y oceánica al hacer que los científicos puedan trabajar en este lugar durante largos periodos de tiempo y llevar a cabo, de manera intensa y exhaustiva, gran variedad de misiones de investigación.
En ese sentido, actuará como centro de investigación, observatorio y hábitat subacuático de última generación y podría ser de ayuda para entrenar a los “acuanautas”, los astronautas del fondo del mar, para que investiguen el lecho marino. También servirá para analizar los patrones del agua y los movimientos de las placas tectónicas, para comprender fenómenos que tienen lugar en la Tierra.
¿Cómo serán sus características?
El proyecto presentado por Cousteau muestra una plataforma con más de 1.200 metros cuadrados asentada en el suelo oceánico, gracias a unas patas de gran tamaño que le permitirán adaptarse al terreno desigual.
La instalación contará con un diseño circular de dos pisos basado en una estructura en espiral, con diferentes módulos conectados al cuerpo central. Será sostenible, ya que funcionará con fuentes de energías renovables, entre las que se incluyen la eólica y la solar.
Además, tendrá espacio para doce investigadores de manera simultánea y durante un tiempo prolongado, lo que permitirá tomar muestras y estudiar la biodiversidad del océano.
Por dentro, Proteus tendrá un centro de datos, un laboratorio, un estudio submarino, habitaciones, una enfermería, almacenes, un comedor, cocina y áreas de trabajo y socialización. También contará con un invernadero subacuático que permitirá a los investigadores cultivar plantas y vegetales frescos para su consumo, un estudio de video para transmitir en directo con fines educativos y una plataforma sumergible de acceso de los buzos y submarinos.
Este moderno complejo estará ubicado en Curazao, una isla caribeña perteneciente al Reino de los Países Bajos, en un punto cercano a un arrecife de coral.
Con todo, la vida en el mar y su investigación científica, encontrarán en esta base submarina el medio, equipamiento e instrumental necesarios para la obtención de datos que aporten al conocimiento de la biodiversidad marina.