POR Nadia Chiaramoni para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ
Un centro de salud de California presentó la primera demanda contra los fabricantes. Los errores que arrojan los dispositivos perjudican los tratamientos de los pacientes.
Noha Aboelata, directora del Centro de Salud Comunitario Roots en Oakland, California, lleva adelante una demanda contra doce empresas por la venta de oxímetros de pulso. Según los investigadores, miden de forma inexacta la cantidad de oxígeno en sangre en personas negras. Los científicos afirman que los dispositivos sobreestiman los valores de oxígeno en sangre en individuos de piel oscura y esto lleva a los profesionales de la salud a tomar decisiones erróneas respecto de los tratamientos. Las declaraciones, que marcan el inicio de un largo camino judicial, fueron incluidas en un artículo publicado en la revista Nature al que la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ tuvo acceso.
En concreto, Aboelata y sus colegas reclaman que se prohíban futuras ventas de los dispositivos en California hasta que proporcionen lecturas precisas para las personas afectadas, o hasta que se coloquen etiquetas de advertencia para señalar sus imprecisiones.
Los oxímetros de pulso, al colocarse en la punta de los dedos, determinan el nivel de oxígeno en sangre gracias a una luz que pasa a través de la piel. La medición es parte de los signos vitales de una persona y proporciona información para que los profesionales de la salud actúen con celeridad. Sin embargo, la elevada cantidad de melanina presente en las personas de piel oscura interfiere con esta determinación.
Si bien este problema salió a la luz durante la pandemia de coronavirus, el proceso judicial marcha a paso lento. No obstante, esta decepción es combinada con una esperanza: el equipo de expertos cree que la demanda podría tener un efecto dominó al arrancar en California y extenderse a todo el país.
Todas las empresas demandadas defienden su tecnología al afirmar que siempre superaron las pruebas de rendimiento establecidas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Masimo, uno de los fabricantes demandados, señala un artículo publicado por su división de investigación en el que no encontraron diferencias significativas en las lecturas de oxígeno en sangre para personas blancas y negras. Sin embargo, médicos investigadores de Johns Hopkins Medicine de Baltimore, revisaron este trabajo y alertaron que solo se estudiaron voluntarios sanos y que el ensayo debe extenderse a entornos clínicos.
Según explican los científicos en el artículo de la revista Nature, los dispositivos se desarrollaron con estudios en personas blancas y el problema de las mediciones inexactas salió a la luz con el uso masivo durante la pandemia. Aunque los sesgos de este tipo se conocen hace mucho tiempo, se puso de manifiesto en un artículo publicado en 2022 donde los autores demostraron que las personas negras tenían tres veces más probabilidades que las blancas de recibir lecturas del oxímetro de pulso en un rango “seguro” cuando, de hecho, sus niveles de oxígeno en sangre eran peligrosamente bajos. El estudio llamó la atención de Aboelata ya que Roots es una organización sin fines de lucro que brinda atención médica principalmente a individuos con piel oscura.
Desde que estos hechos alcanzaron a la opinión pública, varios senadores instaron a la FDA a enfocarse en el tema. Mientras tanto, Aboelata también investigó el tratamiento que recibían los pacientes en un sistema de atención médica del norte de California. Ella y sus colegas confirmaron que los oxímetros de pulso sobreestimaban los niveles de oxígeno en sangre de las personas negras en ese sistema y esto se correlacionaba con que recibieran menos atención médica o tuvieran que esperar más tiempo para recibirla.
Desde Roots se envió una carta a las empresas que fabrican o venden los dispositivos, pidiéndoles que los arreglaran o al menos los etiquetaran con una advertencia. Al no obtener respuesta, se presentó la demanda. La industria de la salud debe asumir la responsabilidad de las desigualdades sistémicas en la atención médica, dice Aboelata.