Una nueva variedad de arándanos fue desarrollada por un grupo de investigación argentino

Investigadores de Tucumán de la Facultad de Agronomía de la UBA desarrollaron una variante de arándanos en cooperación con la empresa agropecuaria EarlyCrop S.A.

Antes de mencionar las mejoras que tuvo… ¿Sabías que tienen múltiples beneficios para nuestra salud? Estos frutos silvestres son antioxidantes, protegen la salud cardiovascular, previenen el envejecimiento celular y ayudan al flujo sanguíneo general del cerebro, entre muchos otros beneficios.

Ahora sí, el nombre que le dieron a la nueva variante de arándanos es Naike y entre las mejoras, se pueden destacar su mayor consistencia, la mejoría en el sabor de la fruta, la concentración de una alta producción en el período de mayor valor económico y su larga vida postcosecha con la finalidad de que sea resistente al transporte marítimo para una exportación sin pérdidas.

¿A dónde se exportan los arándanos? ¿Cuál es el público objetivo? El cultivo de arándanos predomina en la zona de la provincia de Tucumán por sus condiciones climáticas y de suelo, aunque también, en menor escala, se cultiva en Entre Ríos. Gran parte de la producción se exporta a los mercados de Estados Unidos aunque últimamente empezó a crecer la demanda de parte de China.

Pero… ¿Cómo fue el proceso de mejoramiento? Si bien ningún proceso es sencillo y espontáneo, la investigación data del año 2009. Al principio las semillas no germinaban, y si lograban hacerlo tardaban mucho tiempo. Se tuvieron que usar diversas técnicas y tratamientos hormonales y de temperatura para poder avanzar en el proyecto.

Con el correr de los años, y después de sumar conocimientos en materia de genética de diferentes países, se logró cosechar una fruta firme y apta para ser trasladada.

Es muy importante decir que en el proceso no se utilizan productos fitosanitarios, por lo que los arándanos son aptos para la producción orgánica.

Finalmente se prevé realizar nuevas evaluaciones a campo en diferentes ambientes productivos para inscribir dos nuevos cultivares y ampliar la comercialización local e internacional.

Fuente: El Popular
Foto: Pixabay

Una app para poner en hora nuestro reloj interno 

Una aplicación, basada en datos locales y desarrollada por un grupo de investigadoras argentinas, permite coordinar de manera personalizada hábitos y actividades con nuestro reloj interno para mejorar nuestro rendimiento y descanso.

Disponible para dispositivos móviles con Android o IOS, la aplicación “Mi reloj interno” nos ayuda a lograr ritmos circadianos más saludables, mejorando nuestro rendimiento diurno y nuestra calidad de descanso. A partir de una autoevaluación que completamos con la información sobre nuestros hábitos y horarios, la aplicación nos dará recomendaciones para modificarlos y así mejorar nuestros ritmos circadianos y mantener el funcionamiento de nuestros relojes internos. Para comenzar a ver los resultados se sugiere seguir las recomendaciones de la app por lo menos durante 2 semanas y después volver a hacer la autoevaluación para comprobar la mejora.

Pero… ¿Qué son los ritmos circadianos? Son procesos naturales que responden a los períodos diurnos y nocturnos que afectan a la mayoría de los seres vivos a partir de cambios mentales, físicos y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. Como ejemplo pongamos que después de levantarnos, y durante un período de más o menos 5 horas, es cuando más energía tenemos ya que nuestra temperatura corporal aumenta y se incrementa nuestra agudeza mental. Después de todo ese tiempo y pudiendo haber notado un bajón de nuestra estamina, seguramente queramos comer algo para recuperar energías durante algunas horas más. Entrada la noche nos empezará a invadir la melatonina, mejor conocida como “la hormona del sueño”, y más o menos luego de tres horas se dará el mayor bajón de energía, en coincidencia con el momento en el que -por lo general- estamos durmiendo. Bueno, todo eso, es un ciclo circadiano y su repetición diaria determina nuestro ritmo.

Entonces… ¿Cómo sabe la app qué recomendaciones darnos para mejorar nuestros ritmos circadianos? Comenzará aprendiendo sobre nosotros con una serie de preguntas relacionadas a nuestras actividades diarias, permanencia en espacios abiertos y finalmente nuestros períodos de sueño. Después, el algoritmo compara nuestros ritmos circadianos con personas de similares edades, géneros y ritmos, y nos da las recomendaciones para mejorarlos.

Mejorar nuestros ritmos circadianos y “poner en hora” nuestro reloj interno nos ayudará a tener una vida más saludable a partir de pequeños cambios en nuestros hábitos y comportamientos. Es por eso que la “cronobiología”, según se denomina a la ciencia que estudia los ritmos circadianos, es un campo de estudio tan importante e interesante para seguir desarrollando conocimientos que favorezcan nuestra calidad de vida.

 

Si querés saber más sobre la app ingresá acá: www.mirelojinterno.org      

Fuente: Nexciencia 
Ilustración: Salvanet.cl

¿Qué es el paleoarte?

Una buena respuesta podría ser: un dinosaurio pintando sobre un lienzo o esculpiendo una piedra. Otra alternativa: los dibujos de animales y prácticas de caza realizados por algunos homínidos en las paredes rocosas de las cuevas donde vivían. Pero no…

El paleoarte es una disciplina que combina el arte y la ciencia para reconstruir animales prehistóricos -que nunca nadie vio-  y los hábitats en los que vivieron hace millones de años antes de su extinción. Habitualmente las reconstrucciones se realizan a través de técnicas derivadas de las artes plásticas, y a partir del conocimiento científico disponible y vinculado a los registros fósiles encontrados a lo largo de la historia. Esto permite recrear de la manera más fiel y rigurosa posible -mediante ilustraciones o esculturas- las criaturas y ecosistemas prehistóricos.

Especialistas en esta disciplina aseguran que para realizar una ilustración de este tipo, y antes de realizar cualquier escultura, es necesario contar con un estudio morfológico exhaustivo del animal. Para ello son clave los fósiles y los estudios asociados, que también servirán para recrear su hábitat original con su vegetación y demás características ambientales. También sirve la comparación con animales actuales como reptiles y aves -gracias a sus características morfológicas y colores- y sus hábitats como punto de partida para la inspiración. Además, como muy rara vez se encuentran esqueletos completos, la mayoría de los animales que se ven en los museos, están confeccionados con partes del fósil original y otra reconstruida. Esta tarea no es nada sencilla y lleva tiempo, ya que requiere se realice un estudio filogenético, que especifica con qué otros animales estaba emparentado y cómo es la anatomía del grupo al que pertenece, para poder suponer cómo esa anatomía general se adapta a los fósiles del ejemplar a recrear, lo que se denomina una reconstrucción parsimoniosa. Una vez que está listo el boceto se realiza el modelo corpóreo para el que se suelen utilizar diversos materiales como, yeso, masilla plástica, silicona y poliestireno expandido -entre otros- y pinturas, de base acrílica u otras, dependiendo del lugar de exposición del ejemplar. 

Si bien no existe una carrera universitaria específica para recibirse de paleoartista, quienes se dedican a esta disciplina suelen ser biólogos, paleontólogos y/o personas egresadas o aficionadas a las bellas artes, pero que sin dudas, son apasionadas por los animales prehistóricos y poseen aptitudes para comprender las investigaciones científicas y traducir ese conocimiento en una reconstrucción que conmueva y despierte el interés por lo maravillosa que fue y es la vida en nuestro planeta.  

Fuente: El Día 
Ilustración: Gustavo Encina Magallanes (IG @encinamagallanes)