Crean embriones de ratón sin óvulos ni espermatozoides

Luego de más de una década de trabajo, investigadores de la Universidad de Cambridge y del Instituto de Tecnología de California (Caltech) lograron desarrollar a un animal sintético. Qué beneficios traería a los seres humanos.

Lo que se necesita para dar vida a un mamífero es un óvulo y un espermatozoide, pero gracias a los avances de la ciencia investigadores de Inglaterra y Estados Unidos crearon embriones de ratón sin esas primeras células embrionarias.

Pudieron hacerlo a partir de células madre, que según vieron pueden dividirse y autoorganizarse en un embrión por sí mismas. Los investigadores de la Universidad de Cambridge y Caltech imitaron los procesos naturales en el laboratorio al guiar los tres tipos de células madre que se encuentran en el desarrollo temprano de los mamíferos hasta el punto en que comienzan a interactuar.

Las células madre se autoorganizaron en estructuras que progresaron a través de las sucesivas etapas de desarrollo hasta que los embriones sintéticos tuvieron corazones latiendo y las bases para un cerebro, así como el saco vitelino donde se desarrolla el embrión y del cual recibe nutrientes en sus primeras semanas. Esta es la etapa de desarrollo más avanzada lograda hasta la fecha en un modelo derivado de células madre.

Créditos: www.freepik.es

Un gran avance en este estudio es la capacidad de generar todo el cerebro, en particular la región anterior, que había sido el gran problema en el desarrollo de embriones sintéticos.

Magdalena Zernicka-Goetz es profesora de Biología e Ingeniería Biológica en Caltech, además de profesora de desarrollo de mamíferos y biología de células madre en el Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de Cambridge, y consideró que “esto abre nuevas posibilidades para estudiar los mecanismos del neurodesarrollo en un modelo experimental”.

“Nuestro modelo de embrión de ratón no sólo desarrolla un cerebro, sino también un corazón que late, todos los componentes que componen el cuerpo -sostuvo la investigadora-. Es increíble que hayamos llegado tan lejos. Este ha sido el sueño de nuestra comunidad durante años y el enfoque principal de nuestro trabajo durante una década, y finalmente lo hemos logrado”.

Créditos: www.freepik.es

Zernicka-Goetz detalló en un artículo publicado en la revista Nature que habían comenzado con “sólo células madre embrionarias, que pueden imitar las primeras etapas de desarrollo, pero no podíamos ir más allá”. Luego, hace unos años, su equipo descubrió que cuando añadían células madre que dan lugar a la placenta y al saco vitelino, sus embriones se desarrollaban aún más. El año pasado, demostraron que podían usar esta técnica para cultivar embriones hasta el día 7. En su último artículo el equipo describió cómo desarrollaron embriones durante otro día y medio.

Lo hicieron con la ayuda de una técnica desarrollada por Jacob Hanna, biólogo de células madre del Instituto de Ciencias Weizmann en Israel, quien también trabaja en este tema desde hace años. El año pasado, el equipo de Hanna había informado que desarrollaron un dispositivo que les permitía cultivar embriones naturales de ratón durante un período de tiempo sin precedentes fuera del útero. Esta incubadora mantuvo a los embriones en funcionamiento desde el día 5 hasta el día 11. La gestación completa en ratones es de unos 20 días.

Ese período es lo suficientemente largo para que se desarrollen las regiones del cerebro, el corazón comience a latir y se formen los tubos neurales e intestinales. Estos embriones sintéticos se parecen mucho a los embriones naturales que se forman cuando el esperma de ratón se encuentra con el óvulo, pero “no son 100% idénticos”. “Puedes ver algunos defectos y algunos cambios en el tamaño del órgano”, aseguró Hanna.

Créditos: Getty images

Para que un embrión humano se desarrolle con éxito, debe haber un “diálogo” entre los tejidos que se convertirán en el embrión y los tejidos que conectarán el embrión con la madre, explicaron los expertos. En la primera semana después de la fertilización, se desarrollan tres tipos de células madre: una eventualmente se convertirá en los tejidos del cuerpo y las otras dos apoyarán el desarrollo del embrión. Uno de estos dos últimos tipos, conocido como células madre extraembrionarias, se convertirá en la placenta, que conecta al feto con la madre y le proporciona oxígeno y nutrientes. El otro se convertirá en el saco vitelino, donde crece el embrión y del cual recibe nutrientes en las primeras etapas del desarrollo.

Muchos embarazos fracasan en el momento en que los tres tipos de células madre comienzan a enviar señales mecánicas y químicas entre sí, que le indican al embrión cómo desarrollarse adecuadamente. “Este período temprano es la base para todo lo demás que sigue al embarazo -aseguró Zernicka-Goetz-. Si sale mal, el embarazo fracasará”.

La investigadora, que durante la última década trabajó con su equipo en el estudio de estas primeras etapas del embarazo para comprender por qué algunos embarazos fracasan y otros tienen éxito, destacó que “este período de la vida humana es tan misterioso, que poder ver cómo sucede en un plato, tener acceso a estas células madre individuales, comprender por qué fracasan tantos embarazos y cómo podría evitarse que eso suceda es bastante especial”, dijo Zernicka-Goetz.

Y pese a que la investigación actual se llevó a cabo en modelos de ratones, los investigadores están desarrollando un modelo análogo para el desarrollo de embriones humanos para comprender los mecanismos detrás de procesos cruciales que de otro modo serían imposibles de estudiar en embriones reales.

Si se demuestra que estos métodos tienen éxito con células madre humanas en el futuro, también podrían usarse para guiar el desarrollo de órganos sintéticos para pacientes que esperan trasplantes. “Hay tantas personas en todo el mundo que esperan durante años un trasplante de órganos. Lo que hace que nuestro trabajo sea tan emocionante es que el conocimiento que surge de él podría usarse para hacer crecer órganos humanos sintéticos correctos para salvar vidas que actualmente se pierden. También debería ser posible afectar y curar órganos adultos usando el conocimiento que tenemos sobre cómo se hacen” concluyó la investigadora de Caltech.

Fuente: Infobae (www.infobae.com)

Fotos: Freepik / Getty images

Descifran el genoma de la medusa inmortal

Por SINC

Un estudio liderado por la Universidad de Oviedo identifica las posibles claves genómicas de la inmortalidad de ‘Turritopsis dohrnii’ y los mecanismos generales que permiten su continuo rejuvenecimiento. El trabajo no persigue lograr estrategias para la inmortalidad humana, sino entender los mecanismos para dar respuesta a enfermedades asociadas al envejecimiento.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo, dirigido por el investigador Carlos López-Otín, ha logrado descifrar el genoma de la medusa inmortal, Turritopsis dohrnii, y ha definido diversas claves genómicas que contribuyen a extender su longevidad hasta el punto de evitar su muerte. El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

‘Turritopsis dohrnii’. | Créditos: Universidad de Oviedo..

Esta diminuta medusa, de tan solo unos pocos milímetros de longitud, tiene la asombrosa capacidad de revertir la dirección de su ciclo vital hacia un estadio anterior asexual llamado pólipo. La inmensa mayoría de los seres vivos, tras la etapa reproductiva, avanzan en un proceso característico de envejecimiento celular y tisular que culmina con la muerte del organismo. Sin embargo, T. dohrnii tiene la facultad de escoger otro camino: revertir su ciclo vital y rejuvenecer

La secuenciación del genoma de Turritopsis dohrnii, junto con el de su hermana mortal Turritopsis rubra, y el uso de herramientas bioinformáticas y de genómica comparativa han permitido a los investigadores identificar genes amplificados o con variantes diferenciales características de la medusa inmortal.

Estos genes están asociados con la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros, la renovación de la población de células madre, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente celular oxidativo. Todos ellos afectan a procesos que en humanos se han asociado con la longevidad y el envejecimiento saludable.

Ciclo de vida de ‘Turritopsis dohrnii’ y, dentro del cuadrado verde, la vía de reversión junto con los mecanismos potencialmente implicados en esta. | Créditos: Universidad de Oviedo.

Rejuvenecimiento cíclico de la medusa

Además, el estudio exhaustivo de los cambios en la expresión génica durante el proceso de rejuvenecimiento en esta medusa inmortal ha permitido descubrir señales de silenciamiento de genes mediadas por la denominada ruta “Polycomb” y el aumento de la expresión de genes relacionados con la vía de pluripotencia celular.

Ambos procesos son necesarios para que células especializadas puedan desdiferenciarse y ser capaces de convertirse en cualquier tipo de célula, formando así el nuevo organismo. Estos resultados sugieren que estas dos rutas bioquímicas son mediadoras fundamentales del rejuvenecimiento cíclico de esta medusa.

En este sentido, Maria Pascual-Torner, investigadora postdoctoral del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y primera autora del artículo junto con Dido Carrero, señala que más que existir una clave única de rejuvenecimiento e inmortalidad, “los diversos mecanismos encontrados en nuestro trabajo actuarían de forma sinérgica como un todo, orquestando así el proceso para asegurar el éxito de rejuvenecimiento de la medusa inmortal”.

Finalmente, López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la universidad asturiana, indica que este trabajo “no persigue la búsqueda de estrategias para lograr los sueños de inmortalidad humana que algunos anuncian, sino entender las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que permite que algunos organismos sean capaces de viajar atrás en el tiempo. De este conocimiento esperamos encontrar mejores respuestas frente a las numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento que hoy nos abruman”.

Genes potencialmente implicados en la plasticidad biológica de Turritopsis dohrnii, clasificados en ocho de los mecanismos comunes del envejecimiento. | Créditos: Universidad de Oviedo.

Referencia: López-Otín, C. et al. “Comparative genomics of mortal and immortal cnidarians unveil novel keys behind rejuvenation”. Proceedings of the National Academy of Sciences.
Fuente: SINC.

Copando orejas: ¿qué pasa en el cerebro cuando se escucha una canción pegadiza?

POR María Ximena Perez para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

El fenómeno de los gusanos musicales: los impactos que generan y las claves para librarse de ellos. Las compañías los utilizan como artilugio de marketing.

Dicen que la música es la medicina para el alma y el cuerpo porque activa más partes del cerebro que cualquier otro estímulo humano. Pero ¿qué pasa cuando esa música comienza a taladrar la cabeza de manera insoportable? Hay melodías, simples, rítmicas, repetitivas y pegadizas, capaces de infectar el cerebro como un virus: son los gusanos auditivos, un término adoptado a partir de la traducción literal del vocablo alemán ohrwurm, que plasma de un modo gráfico su naturaleza invasora. En la literatura científica este fenómeno también recibe el nombre de “imaginería musical involuntaria”, composiciones musicales que se quedan adheridas al córtex auditivo del cerebro -encargado de procesar los sonidos- y la necesidad de tararear estas canciones funciona como una especie de “picor mental”, que solo se alivia repitiendo una y otra vez la melodía, y cuyo efecto puede durar horas o días.

Pedro Bekinschtein, biólogo investigador de Conicet, lo explica así: “Estos fragmentos de melodías o canciones, que se repiten en nuestra cabeza sin nuestro control, se conocen científicamente como ´imaginería musical involuntaria´ o simplemente ´gusanos auditivos´ y se estima que más del 90 por ciento de la gente es afectada por estos bichos imaginarios al menos una vez por semana”.

El factor primordial para que se pegue una canción es haberla escuchado recientemente y que sus componentes coincidan con algunas características como la repetición, la simplicidad y los cambios de ritmo inesperados, con un compás irregular. También se relaciona con el momento en que la melodía llega a los oídos. Ocurre con frecuencia cuando se realizan tareas que no consumen recursos cognitivos, por ejemplo, caminar, manejar y limpiar la casa.

Pero no todo es tan malo, la molestia viene con algunos beneficios, ya que estas melodías activan receptores opiáceos del sistema nervioso, que intervienen en el placer y desencadenan la liberación de la dopamina, la misma hormona de la comida o del sexo. En esa dirección, entre los beneficios de estos gusanos, Bekinschtein destaca que “la música regula nuestro estado de ánimo, así que los gusanos podrían hacernos sentir mejor porque suelen ser partes de canciones con ritmos rápidos y energéticos que suelen levantar el ánimo”. Además, están asociados al almacenamiento de información. Más allá de la melodía que se taladra en la corteza auditiva, los eventos asociados a esas canciones se almacenan mejor que los que no lo están. “Muchas personas reportan que los gusanos auditivos se desencadenan por algún recordatorio como una música parecida, una foto relacionada o un lugar en el que lo escucharon”, explica.

Y aclara que “el lado oscuro” de esto se asocia levemente con rasgos obsesivo-compulsivos. O sea, si tenés gusanos musicales ¿tenés un TOC? “No, quizás solo seas un poco ´obse´ con esa manchita en la pared que no sale y tiene la cara de la reina de Inglaterra. El otro lado oscuro de los gusanos auditivos es que a algunas personas les perturba el sueño. Por ejemplo, esa canción de la publicidad de colchones que se repite hasta el infinito e, irónicamente, no te deja dormir”.

Algunas claves para eliminar el bicho

Una pregunta particularmente interesante sobre estas repeticiones es cómo deshacerse de ellas. Existen algunas propuestas exitosas que pueden funcionar.

Las personas que experimentan este gusano auditivo normalmente no conocen la canción completa, lo que dificulta poder terminarla. En ese sentido, una de las estrategias que se recomiendan para librarse es aprender la canción, cantarla completa, desde el principio hasta el final, para poder salir del bucle.

Otro recurso que se suele usar es ponerle obstáculos e interferencias. El hecho de masticar y usar los músculos de la articulación vocal y los circuitos neuronales asociados impiden la subvocalización que se hace cuando se cuela una canción en la cabeza. En esa línea, también se recomienda acentuar tareas que interfieran con el gusano auditivo. Las más efectivas son las tareas que implican vocalización (hablar en voz alta): hablar con alguien y practicar trabalenguas pueden funcionar.

Otra estrategia muy usada es colocar una goma elástica en la muñeca y dar pequeños tirones cada vez que aparece la melodía. Algo que, probablemente, recluta nuevos componentes sensoriales, como un ligero dolor.

Como sea, lo cierto es que estas melodías pegadizas, que se vuelven neurológicamente irresistibles y que son casi imposibles de desterrar de la mente, que se incrustan en el cerebro y pueden asediarlo sin compasión durante horas, días e incluso meses, más temprano que tarde, terminan por desaparecer.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ 
Fotos: freepick.es