Hinchas, fútbol y aguante: una mirada social a un fenómeno popular

POR Nicolás Retamar para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

Bombos que suenan, trapos que flamean, dedos aferrados al alambrado y gargantas sin voz, son el lado A. Machismo, discriminación y violencia son algunos ejes del lado B.

La liga, la copa de la liga, la Copa Argentina, la Supercopa y la copa de la copa. 22, 24, 26 o hasta 30 equipos. Promedios sí o promedios no, promociones, partido desempate y más. Desmanejos económicos, conflictos de intereses, fallos arbitrales inexplicables, partidos aburridos, horarios imposibles y jugadores casi desconocidos completan el escenario. Escuchar decir que “antes se jugaba mejor a la pelota” y que “ya no se ven pibes de potrero” son algunas de las frases que vociferan desde treintañeros hasta personas que peinan canas. Pese a todo, hay algo que se mantiene ahí. “Qué sería de un club sin el hincha”, se preguntaba Enrique Santos Discépolo hace más de 70 años. “El hincha es el alma de los colores, el que da todo sin esperar nada”, exclamaba en 1951 el autor de Cambalache y Yira, yira. La construcción del hincha, aquel que “se rompe los pulmones en la tribuna” dio lugar con el paso del tiempo a lo que se denomina cultura del aguante.

“Tener aguante es una propiedad de los que hacen del verbo aguantar una característica distintiva”, dicen Pablo Alabarces José Garriga Zucal en El “aguante”: una identidad corporal y popular. La fidelidad, el fervor, los sacrificios por el club y la violencia ligada a la masculinidad hegemónica son algunos de los aspectos singulares de esta cuestión heterogénea que remarcan los autores.

Hinchas de Aldosivi alientan colgados de la ventanilla y la puerta de un micro escolar yendo a ver al tiburón marplatense. Créditos: Diego Izquierdo / Télam

Sin embargo, el concepto de aguante no se mantiene estático. Nuevas olas y nuevos tiempos intentan moldearlo con continuidades y rupturas. “Por un lado, se mantiene una estructura basada en entender a ciertos rivales como enemigos, a concebir la disputa entre hinchadas como una disputa de honor y de masculinidad donde aguantar es soportar todas las condiciones desfavorables que van desde el clima hasta una emboscada de una barra. Seguimos teniendo un fútbol profundamente machista, racista y xenófobo”, señala Nicolás Cabrera, sociólogo e investigador del Instituto de Antropología de Córdoba, especialista en temas vinculados a violencia y deporte.

Al mismo tiempo, Cabrera advierte que cambia la sociedad y esa cultura del aguante también se va modificando. “La irrupción de los feminismos ha sido una onda más que interesante para disputar estos sentidos que están lejos de modificarse sustancialmente pero se pueden ver cosas que empiezan a cambiar como la presencia de mujeres en la tribuna y la legitimación del fútbol femenino”.

La otra: de rival a compañera

Florencia Gastaminza, licenciada en Psicología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) e integrante del colectivo Feminismo Xeneize, rememora viejas épocas que en realidad no son tan viejas. “Antes no queríamos que haya tantas chicas en el ambiente del fútbol. Esos espacios se presentaban como patrimonio de varones que simbolizaban la masculinidad hegemónica. Como espacio ajeno, primero tenías que intentar acceder para luego permanecer y pertenecer. Para eso había todo un costo que pagar que tenía que ver con aguantar cuestiones del ejercicio de las violencias naturalizadas que no las considerábamos como tal”.

Gastaminza cuenta que para ingresar y legitimarse en esos espacios había una etapa de pruebas, incluso algunas que no les hacían a los hombres. Además, primaba el valor de la mujer en tanto potencial objeto de conquista y no como hincha. Sin embargo, para muchas mujeres esto no importaba y era algo común, natural. “Se sentía orgullo por tener muchos amigos de la cancha varones y por ser la única en tu grupoEl orgullo no era la compañera, que no existía ni lo pensábamos como término, sino que era ser la única entre muchos varones”.

No obstante, la consigna “Ni Una Menos” se transformó en un punto clave donde las mujeres empezaron a copar estadios, reunirse entre ellas y desnaturalizar prácticas muy arraigadas en las tribunas. “Distintas hinchas de cada club empezaron a conversar un poco más y ahí apareció que estábamos viviendo desigualdades desde hace muchos años y antes no las veíamos como tal. A partir de ahí se identificaron problemáticas estructurales que tienen que ver con el patriarcado como sistema de dominación”. Al mismo tiempo, la integrante de Feminismo Xeneize destaca que a partir de los espacios de encuentros entre mujeres se dejó de ver a la otra como competencia para verla como compañera.

¿Devuelvan a los visitantes?

Además de la irrupción de los feminismos en las tribunas, otro cambio sustancial en los últimos años está ligado a la ausencia del público visitante. El ingreso de hinchas del equipo contrario a los estadios se prohibió a partir del segundo semestre de 2007 en los partidos de ascenso y a partir de junio de 2013 en primera división. Estas medidas se tomaron a partir de los asesinatos de hinchas visitantes en ambos casos.

Cabrera distingue dos situaciones en relación al público visitante: “Por un lado hay sectores que no quieren y situaciones donde no se puede. Para muchos actores jugar sin público visitante les facilita las cosas. A los dirigentes les implica menos presupuesto porque se contratan menos efectivos de seguridad y a la propia policía también le facilita las cosas porque no tiene que pensar en un operativo de seguridad con las dos hinchadas”

En este sentido, un agente policial de identidad reservada agrega que “antes había que dividir los ingresos de la cancha para los dos públicos sin que se choquen, no solamente en las inmediaciones de la cancha sino en los accesos de los colectivos y los autos particulares para evitar enfrentamientos. El dinero que sale cubrir un evento futbolístico en cuanto a la seguridad ha disminuido porque el operativo era mucho más amplio”.

Foto: EFE

Entre las situaciones en las que no se puede contar con la presencia de las dos parcialidades, Cabrera, especialista en violencia y deporte, resalta que hay equipos que tienen una rivalidad tan larga que todavía no existe la madurez y la planificación suficiente para jugar con las dos hinchadas. La ausencia de público visitante implicó una disminución de la violencia dentro de los estadios, pero no así en las afueras de las canchas.  

Tiros van, tiros vienen

“Desde hace varios años las muertes han dejado de ocurrir sustancialmente adentro de las canchas y existen en otros lugares: en inmediaciones, en peleas en barrios y conflictos entre gente de la misma hinchada. El estadio dejó de ser el lugar preponderante, como era en los 80’ y 90’, donde se escenificaba la violencia en el fútbol”, afirma Diego Murzi, doctor en Ciencias Sociales, investigador del CONICET y vicepresidente de la ONG Salvemos al Fútbol.

Murzi detecta algunos cambios a la hora de pensar en los enfrentamientos relacionados al fútbol. “En términos espaciales, las peleas se dan fuera de la cancha; en términos temporales, las peleas no se dan el día del partido; en términos de alteridad, se pelea menos con hinchas de otros equipos y más con hinchas del mismo equipo”.

Menos violencia pero más muertes

Lo que antes se resolvía a las piñas, o a lo sumo con cuchillos o facas, hoy se resuelve mediante el uso de armas. Esto genera un aumento de la letalidad pese a que hay menos incidentes. Desde la muerte de Martín Javier Jerez, hincha de Lanús que había ido a alentar a su equipo al Estadio Único de La Plata y fue asesinado por la policía en 2013, hubo 66 fallecimientos por hechos violentos en torno al fútbol.

Lo que antes se resolvía a las piñas, o a lo sumo con cuchillos o facas, hoy se resuelve mediante el uso de armas. Esto genera un aumento de la letalidad pese a que hay menos incidentes. Desde la muerte de Martín Javier Jerez, hincha de Lanús que había ido a alentar a su equipo al Estadio Único de La Plata y fue asesinado por la policía en 2013, hubo 66 fallecimientos por hechos violentos en torno al fútbol.

Toda la peligrosidad que puede registrarse afuera del estadio en un cacheo finaliza una vez que se pisan los escalones de las tribunas. De esta manera, las canchas pasan a ser más seguras y eso se ve en la presencia de familias, mujeres y niños, algo arriesgado en la década del 80, 90 y principios del nuevo siglo. Quienes participan de los operativos policiales aseguran que el derecho de admisión, que evita el ingreso de personas “conflictivas” a las tribunas, es uno de los éxitos que explica este cambio.

Nuevos tiempos, nuevos aguantes

Diego Murzi comenta que a mediados de la década del 2000, cuando aparece la categoría del aguante, las lógicas eran otras. “Años atrás no estaba tan extendido el uso de las armas de fuego, entonces la pelea cuerpo a cuerpo tenía mucho que ver con el aguante mientras que el uso de armas de fuego no. Antes el aguante consistía en mostrar para los demás y hoy la forma de mostrar con las redes sociales cambió”.

Murzi, investigador del CONICET y especialista en Sociología del Deporte, también destaca la prohibición del público visitante como uno de los puntos que invitan a repensar el concepto de aguante. Por otra parte, las barrabravas incrementaron y expandieron sus campos de negocios, dejando el combate con otras hinchadas en un segundo plano para preservar y ampliar el crecimiento de las actividades mercantiles.

Aunque haya muchas lógicas del aguante que todavía perduran, algunas otras se modifican. Como cualquier lugar de poder, muchas personas luchan por mantener el status quo y otras buscan quebrarlo. Y en ese mientras tanto las tribunas se siguen llenando porque, como dijo Maradona, “el fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo”.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ 

 

Argentina: candidata a ganar el mundial según un modelo matemático

De acuerdo a un análisis estadístico la selección albiceleste está dentro de los tres combinados con mayores chances de levantar la copa del mundo.

Un grupo de matemáticos realizaron un estudio para calcular las posibilidades de salir campeón de cada selección participante en la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022. Para lograrlo, los científicos utilizaron un método inspirado en el sistema de puntuación del ajedrez denominado “Elo” modificado con variables específicas, teniendo en cuenta el ranking de cada selección establecido por la FIFA, la posición en cada grupo y los posibles cruces en las fases eliminatorias.

Elo es un sistema de puntuación -inventado en la década del 60 por un físico estadounidense de orígen húngaro llamado Árpád Emrick Élő-  basado en un método matemático-estadístico que se utiliza en el ajedrez para calcular la habilidad relativa de cada jugador.

Utilizando como base este sistema, los investigadores incorporaron indicadores específicos sobre el juego y las selecciones de fútbol de cada país para obtener, a partir del cálculo estadístico, los combinados con más posibilidades de llevarse el trofeo de campeón.

Como resultado, el modelo estableció en primer lugar con las mayores chances de campeonar a la selección brasileña, seguida por la selección argentina y en tercer orden la selección francesa. De acuerdo al modelo estadístico la selección de Brasil obtuvo el 26,35% de posibilidades de ganar el mundial. 

En segundo lugar, la scaloneta obtuvo el 18,41% de posibilidades de quedarse con la copa, mientras que el combinado de Francia resultó tercera con un 14,32% de probabilidades de obtener el título.

El resto de los posibles campeones en orden de probabilidad según los resultados del estudio fueron: Bélgica, España, Inglaterra, Alemania, Portugal, Holanda y Dinamarca.      

Fuente y fotos: El Cronista

La primera vuelta al mundo: el triunfo de una empresa imposible

Por María Dolores Higueras Rodríguez para SINC

El 6 de septiembre de 1522 regresó a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) una maltrecha nao capitaneada por Juan Sebastián Elcano, la única que había sobrevivido de la expedición que tres años antes había organizado Magallanes. Los supervivientes traían noticias de descubrimientos y un valioso cargamento de especias, pero su verdadera hazaña era que habían logrado circunnavegar por primera vez la Tierra. Aquella gesta marítima, una de las más importantes de la humanidad, cambió para siempre nuestra forma de ver el mundo.

La navegación oceánica a la que España se vio abocada por el Tratado de Tordesillas en 1494 [donde prácticamente los españoles y portugueses se repartieron el mundo a explorar mediante una línea divisoria] supuso un impresionante desarrollo de técnicas e industrias necesarias para el armamento de nuevos buques, la maquina más compleja de la época.

Por otra parte, también se llevó a cabo una radical transformación de la actividad náutica, prácticamente gremial en la Edad Media, hacia una gran empresa de Estado, en la que la creación de la Casa de la Contratación de Sevilla por parte de la Corona será un instrumento esencial.

La nao Victoria, la primera que logró circunnavegar la Tierra, superó la terrible ruta de los 40 Rugientes del Índico sur, uno de los corredores náuticos más peligrosos e inhóspitos del planeta. / Adobe Stock

Muchos historiadores comparan este impresionante desarrollo científico y técnico de la España del siglo XVI, con el que se necesitó para alcanzar la Luna en el siglo XX. Ambas, la Carrera de Indias y la carrera espacial, fueron realizadas por naciones punteras en su época.

Las dos estuvieron impulsadas por motivos estratégicos y económicos, y fueron el motor de un impresionante desarrollo tecnológico. Ambas fueron consideradas empresas imposibles por muchos de sus contemporáneos, pero resultaron grandes éxitos de alcance mundial que ofrecieron imágenes inéditas y definitivas del planeta que habitamos.

En ese contexto, el éxito de la Expedición al Maluco [islas Malucas con valiosas especias, en Indonesia], que culminó con la primera vuelta al mundo en septiembre de 1522, responde a un esfuerzo colectivo de colosales dimensiones. También es ejemplo de la capacidad de organización del Estado moderno y de la importancia de la iniciativa privada en las grandes empresas de la época.

Aunque, sin duda, sus dos grandes protagonistas fueron Magallanes y Elcano, cualificados y expertos marinos con gran capacidad de mando. Dos visionarios que buscaban la gloria y nos mostraron una nueva imagen del mundo.

La muerte de Magallanes en Mactán (Filipinas) deja inconcluso su objetivo de alcanzar las Molucas y será el gran marino español Juan Sebastián Elcano el que, al mando de una menguada flota, lo consiga. 

La decisión imprevista y crucial de Elcano

El liderazgo de Elcano supone un giro gigantesco para el tornaviaje de aquella flota de la especiería, tan maltrecha que no tiene más opción que emprenderlo por la llamada ruta portuguesa. Fue una desesperada y peligrosa opción que Magallanes nunca hubiera tomado, pues considerado un gran traidor por su patria de origen, su vida hubiera peligrado gravemente.

De haber sobrevivido Magallanes, la primera vuelta al mundo habría tenido que esperar y quizá la propia expedición, intentando el tornaviaje por el Pacifico se hubiera perdido para siempre, sin dejar memoria de sus logros.

Una vez cargadas las especias en las Molucas, Elcano tomó una decisión crucial: volver a España por las aguas portuguesas del Índico y dar la vuelta al mundo, en lugar de regresar por el Pacífico y el Atlántico. / Cuadro ‘Primus circumdedisti me” de Augusto Ferrer-Dalmau / Museo Naval

En cualquier caso, Magallanes y Elcano son inseparables protagonistas de esta epopeya fabulosa. A Magallanes le corresponde el mérito de la idea, el hallazgo del estratégico estrecho interoceánico que hoy lleva su nombre y la primera navegación de europeos por el Pacifico entre América y Asia.

Elcano, la peligrosísima navegación hasta localizar las Molucas, la negociación de la adquisición de las ansiadas especias, cuya venta sufragaría al retorno a España la totalidad de los cuantiosos gastos generados por la expedición, así como las negociaciones diplomáticas con los reyezuelos de la zona para asegurar el suministro de esta valiosa mercancía en futuras expediciones.

Pero sobre todo se le debe la decisión y culminación del tornaviaje, una decisión que conlleva navegar con éxito el interminable laberinto de islas del océano Indico, el “Gran Mar” para los indonesios, y para escapar al acoso portugués, navegando por el paralelo 40 del Indico Sur, la terrible ruta de los 40 Rugientes, uno de los corredores náuticos más peligrosos e inhóspitos del planeta.

Elcano logro navegar esta infernal derrota [rumbo que llevan las naves], más de 12.800 millas náuticas, con su pequeña y dañada nao Victoria, con los escasos tripulantes hambrientos y enfermos, logrando culminar en tan precarias circunstancias la primera vuelta al mundo, plenamente consciente de la magnitud y trascendencia de su gesta.

Ambas derrotas, la de Magallanes y la de Elcano merecen la gloria. Ninguna existiría para la historia sin la otra, pero solo la culminación de la vuelta al mundo encumbró la expedición del Maluco a la cima de las más importantes gestas marítimas de la humanidad. Ahora se celebra su V Centenario con multitud de actividades.

Nada más llegar a Sanlúcar, Elcano (a la izquierda) escribió al rey Carlos I una carta donde ponía: “Sabrá vuestra alta majestad que hemos llegado 18 hombres solamente con una de las cinco naves que mandó a descubrir la Especiería con el capitán Fernando de Magallanes (derecha), que gloria haya […] y lo que más hemos de estimar y tener es que hemos descubierto y redondeado toda la redondez del mundo, yendo por occidente y viniendo por oriente”. / Nahia Blanco Iturbe/Alamy

Aunque, por otra parte, esta extraordinaria hazaña náutica es, como todas las grandes empresas de descubrimiento marítimo de la época, un crisol de la disposición del hombre frente al riesgo y la adversidad, mostrando en esta aventura, física y moral, muy diversas actitudes, sentimientos y valores: autoridad, poder, liderazgo; totalitarismo frente a democracia; honor, lealtad, o traición; altruismo y solidaridad, o ambición; rebeldía o sometimiento; fortaleza moral, estoicismo, valor, o cobardía y crueldad; a la vez que solidaridad, ejemplaridad, emoción, espíritu de superación, entre muchas otras.

Todas estas actitudes y valores presentan, sin duda, rasgos de gran modernidad, porque este mágico y misterioso proceso de la evolución humana camina muy lentamente, y en estos comportamientos y cualidades reconoceremos con facilidad al hombre contemporáneo.

Esta gran gesta española, de alcance mundial, esta “empresa imposible” para sus contemporáneos, culmino sin embargo con éxito. Sus logros, además de cambiar la imagen del mundo conocido en el siglo XVI, abrieron incalculables posibilidades a la globalización por la mar y a la comunicación de todos los pueblos del planeta Tierra.

Dos días después de llegar a Sanlúcar, el 8 de septiembre se produce el “Regreso a Sevilla de Juan Sebastián Elcano en 1522”, como muestra este cuadro de Elías Salaverría. / Museo Naval

María Dolores Higueras Rodríguez fue directora técnica del Museo Naval y directora científica del libro La Vuelta Al Mundo De Magallanes-Elcano: La Aventura Imposible 1519-1522 (CSIC)

Fuente: SINC.