Incremento sin precedentes de plásticos en los océanos desde 2005

Por Alberto Payo para SINC.

Los investigadores de este estudio, que publica la revista PLoS ONE, creen que a este ritmo y si no existe un control, la entrada de plástico en los océanos podría acelerarse 2,6 veces de ahora a 2040.

La presencia de microplásticos en el medio marino es un grave problema para el medio ambiente. Pese a que aún falta investigación para comprender plenamente las implicaciones que puede tener para la salud humana lo cierto es que seguimos comiendo, bebiendo y respirando nuestros residuos plásticos.

Comprender la acumulación de este material en los océanos puede proporcionar una línea de base crítica para ayudar a abordar esta forma de contaminación.

Estudios previos se han centrado principalmente en los océanos del hemisferio norte, próximos a las naciones más industrializadas del mundo, mientras que otros se han enfocado en este problema en períodos de tiempo cortos.

Un puñado de microplásticos en la playa de Kamilo, Hawai (EE UU). / The 5 Gyres Institute.

Ahora, una investigación internacional ha aunado un conjunto de datos global sobre la contaminación por plástico de los océanos entre 1979 y 2019, revelando un aumento rápido y sin precedentes de estos materiales desde 2005. El trabajo, publicado en la revista PLOS ONE, está liderado por Marcus Eriksen, de The 5 Gyres Institute (EE UU).

Para realizar la investigación se analizaron los datos sobre la contaminación por plástico desde finales de los años setenta, procedentes de 11.777 estaciones de seis regiones marinas: Atlántico Norte, Atlántico Sur, Pacífico Norte, Pacífico Sur, Índico y Mediterráneo.

«En el proceso participaron muchas expediciones e investigadores diferentes. Al principio, los científicos se encontraban estudiando otros temas, como el plancton de los océanos, y acababan recogiendo muestras de plástico», dice a SINC Lisa Erdle, directora de Ciencia e Innovación de The 5 Gyres y coautora del estudio.

«Pudimos recopilar datos —algunos publicados, otros inéditos— de todo el mundo para reconstruir una tendencia temporal. Se trata de un esfuerzo de colaboración entre muchos científicos, lo cual es apasionante», añade.

Razones del crecimiento desde 2005

Tras considerar aspectos como el viento, la selección de los emplazamientos y los sesgos debido a un muestreo insuficiente, el modelo empleado mostró un aumento significativo y acelerado desde 2005 de la abundancia y distribución de plásticos en la capa superficial del océano.

Se calcula que en 2019 flotaban en los océanos entre 82 y 358 billones de partículas de plástico, lo que dejaría una media de 171 billones de partículas de plástico, principalmente microplásticos. Estas tendrían un peso de entre 1,1 y 4,9 millones de toneladas (2,3 millones de toneladas como promedio).

En cuanto al incremento desde 2005, hay que tener en cuenta que la relativa falta de datos entre 1979 y 1990 impidió el análisis de tendencias durante dicho intervalo, mientras que de 1990 a 2005 los niveles de plásticos mostraron fluctuaciones sin una tendencia clara.

Los autores del estudio reconocen que los resultados estarían sesgados hacia las tendencias en el Pacífico Norte y el Atlántico Norte, ya que en dichas regiones se recogieron la mayoría de los datos. No obstante, sugieren que a partir de 2005 se refleja claramente el gran crecimiento de la producción de plástico o los cambios en la generación y gestión de residuos.

«Es probable que varios factores hayan contribuido a esta tendencia, entre ellos, el rápido aumento de la producción de plásticos. También se ha producido una fragmentación del plástico existente en el medio ambiente y una mala gestión de los residuos en todo el mundo. Es evidente que se necesitan intervenciones para invertir esta tendencia», apostilla la coautora del estudio.

Actuación ágil y global

Si no existen cambios generalizados, los investigadores creen que el ritmo al que los plásticos están entrando en nuestras aguas crecerá 2,6 veces de aquí a 2040. «Si extrapolamos la tendencia actual en el aumento de microplásticos en los océanos, nuestro medio marino puede verse abrumado por el plástico si no se producen cambios políticos rápidos«, asegura Erdle.

«Generalmente, puede haber barreras a la hora de comprometerse con acuerdos internacionales audaces, pero los plásticos son claramente un problema global y requerirán una solución global», concluye.

Por su parte, Eriksen, cofundador e investigador de The 5 Gyres Institute, pide un Tratado Mundial de las Naciones Unidas sobre la contaminación por plásticos y que sea «jurídicamente vinculante para detener el problema en su origen».

En este sentido, la directora de Ciencia e Innovación de The 5 Gyres recuerda que, aunque queda mucho por investigar, se sabe lo suficiente como para que los mandatarios de todo el mundo empiecen a aplicar medidas y puedan identificar «intervenciones previas que eviten que los plásticos lleguen al medio ambiente».

Referencia: Eriksen M, et al. “A growing plastic smog, now estimated to be over 170 trillion plastic particles afloat in the world’s oceans—Urgent solutions required”. PLoS ONE

 
Fuente: IBEC y SINC.

Ciencia en clave humorística: la comunidad científica argentina aportará finalista para concursar en España

Se realizará el Concurso Nacional de Stand Up y Monólogos Científicos para divulgar las labores de investigación y conocer más sobre quienes trabajan en el sistema científico, sus objetos de estudio y sus anécdotas más curiosas.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación a través de la Dirección de Articulación y Contenidos Audiovisuales, lanzó el Concurso Nacional de Stand Up y Monólogos Científicos, orientado a investigadoras e investigadores del sistema científico tecnológico y de instituciones académicas de todo el país. La convocatoria permanecerá abierta hasta el 13 de septiembre. Como premio se invitará a la ganadora o ganador a participar con su presentación en la final de la primera edición del Certamen Iberoamericano de monólogos científicos “Solo de Ciencia” que tendrá lugar en Madrid, España, el próximo 28 de noviembre, en coincidencia con la celebración del Día Iberoamericano de la Ciencia. Los gastos de pasajes y alojamiento serán cubiertos por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT).

El Concurso Nacional de Stand Up y Monólogos Científicos apunta a dar a conocer, a través del humor -de manera amena y para todo público-, la labor científica y sobre quienes trabajan, sus vivencias personales y sus objetos de estudio. La iniciativa propone difundir la cultura científica para generar vocaciones y se enmarca en el acuerdo de colaboración vigente entre la cartera de ciencia y la FECYT para la producción de contenidos y el desarrollo de iniciativas de divulgación, con el objetivo de fomentar el uso del español como lengua vehicular de ciencia, periodismo y cultura científica de calidad. 

Quienes quieran participar deberán enviar su currículum vitae resumido incluyendo datos de contacto (celular, mail y redes sociales), y consignando su experiencia laboral y antecedentes relacionados con las artes escénicas. Además, se solicita una referencia audiovisual (reel) de alguna participación o presentación realizada en estos últimos 5 años.

Durante la primera semana de octubre tendrá lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la final presencial del concurso en la que un jurado seleccionará a la ganadora o ganador. Los gastos de traslado y estadía para quienes vivan a más de 400 km serán cubiertos por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. 

Para consultar las Bases y Condiciones del concurso ingresar en: https://www.argentina.gob.ar/ciencia/stand-y-monologos-cientificos 
Para más información y consultas enviar un correo electrónico a: standup@mincyt.gob.ar.

<#5> #AlRitmoDeLaCiencia | Neurociencias

En TEC creemos que la música y la ciencia comparten una misma esencia: ambas buscan explorar y comprender el mundo que nos rodea. Por eso, queremos invitarte a sumergirte en esta doble experiencia de conocimiento y creatividad.

«Al Ritmo de la Ciencia» es nuestra sección donde podrás encontrar una columna informativa junto a una playlist en Spotify, que promueven la reflexión sobre diversos temas científicos, tecnológicos y sus fenómenos culturales.


No me comas la cabeza

Por SadoAmper

La música y la neurociencia, dos disciplinas aparentemente dispares, convergen en un fascinante entrelazamiento de ciencia y arte. Sumergite en este recorrido a través de algunos temas musicales icónicos que ejemplifican la profunda conexión entre la música y el funcionamiento cerebral, demostrando cómo los sonidos que amamos pueden influir en nuestra mente y nuestras emociones.

La canción «Connected» de Stereo MC’s, lanzada en 1992, puede relacionarse con el concepto de la neurona y la idea de conexión entre las células del sistema nervioso. La letra habla sobre estar conectado y cómo la música puede ser un medio para establecer esa conexión. Aunque la canción no se centra en la neurociencia de manera explícita, podemos verla como una metáfora de cómo las neuronas se conectan para transmitir información en el cerebro y el sistema nervioso.

El ritmo inconfundible de «Billie Jean» muestra cómo nuestros cerebros se sincronizan con la música, activando áreas de movimiento y placer que nos instigan a seguir el compás. En neurociencia, el ritmo y la sincronización se refieren a cómo nuestro sistema nervioso y cerebral se ajusta a patrones rítmicos en la música y estímulos auditivos. Escuchar música con un ritmo característico lleva al «entrainment» neuronal, sincronizando procesos cerebrales. Durante una grabación, el bajista Louis Johnson accidentalmente golpeó su bajo en el suelo, creando el icónico riff de bajo de «Billie Jean», una anécdota que ilustra cómo la creatividad surge a veces de lo inesperado y cómo pequeños detalles pueden tener un impacto duradero en la música.

La canción «Learning to Fly» de Tom Petty and the Heartbreakers, lanzada en 1991, puede relacionarse con la práctica de técnicas cognitivas y la idea de crecimiento personal. Aunque la canción puede interpretarse de diferentes maneras, su letra evoca una sensación de aventura, superación de desafíos y aprendizaje. A medida que la canción se desarrolla, se habla de liberarse, encontrar el camino y aprender a volar, lo que sugiere un proceso de adaptación y cambio personal.

En la neurociencia, las emociones sonoras se refieren a cómo la música puede despertar respuestas emocionales en el cerebro humano. Los componentes melódicos, armónicos y rítmicos de la música tienen el poder de activar regiones cerebrales conectadas a las emociones, como la amígdala y la corteza prefrontal. Esta interconexión entre la música y las emociones ilustra cómo la música puede influir y reflejar nuestro estado emocional, generando una gama de sentimientos que incluyen alegría, tristeza y excitación. Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, dos gigantes del jazz, se unieron en 1957 para crear el álbum «Ella and Louis Again«. Una de las canciones sobresalientes de este trabajo fue su conmovedora interpretación de «Summertime«. La grabación captura la química excepcional entre las voces de Fitzgerald y Armstrong, añadiendo una dimensión emocional aún más profunda a la canción.

«Lateralus» de Tool ejemplifica cómo la música puede tener un impacto profundo en la percepción y la cognición. La canción, conocida por su complejidad rítmica y lírica, invita a los oyentes a explorar la conciencia y la expansión mental. En términos de neurociencia, esta experiencia puede relacionarse con la plasticidad cerebral, donde la exposición a patrones auditivos y desafiantes podría fortalecer las conexiones neuronales y potenciar la cognición. Las fluctuaciones de ritmo y la experimentación en «Lateralus» podrían influir en la sincronización neuronal y la actividad cerebral, demostrando cómo la música puede ser una herramienta para explorar la complejidad de la mente humana.

«Orinoco Flow» de Enya es una canción que puede relacionarse con los efectos terapéuticos de la neurociencia de varias maneras. Esta pieza musical se caracteriza por su ritmo suave, melodía relajante y voces etéreas, creando una atmósfera tranquila y serena. A través de esta composición, la música de Enya puede tener efectos beneficiosos en la salud mental y emocional de las personas: Reducción del estrés, promoción de la relajación, estímulo de la introspección, mejora del estado de ánimo y facilitación del sueño. ¡Chiques! ¡A remarla con la new wave en sus clases de yoga! Hasta la misma autora se tuvo que “enyogizar” cuando el famoso tema de los Fugees (Ready or not), fue acusado de plagio por samplear sin permiso la canción Boadicea. Enya hizo OM luego de cobrar una tranquilizadora compensación, ya que los artistas involucrados llegaron a un acuerdo extrajudicial. 

Y si no les cabe el yoga los invitamos a mirar esta joya de los ochenta. El video sugerido para esta ocasión es la canción «Sledgehammer» de Peter Gabriel. Este video, dirigido por Stephen R. Johnson, utiliza técnicas de animación stop-motion y efectos visuales creativos para crear una experiencia visualmente rica y abstracta que se asemeja a la experiencia de la sinestesia. Las imágenes en el video se sincronizan con la música de una manera que parece evocar la idea de colores y formas visuales en respuesta a la música. Pero para no desentonar con la Intelligence AI MODE, te proponemos esta nueva reversión

En los años 90, surgió la idea del «efecto Mozart«: su música podría momentáneamente mejorar la inteligencia. Estudios vieron mejoras en tareas cognitivas tras oír música de Mozart brevemente, especialmente en problemas espaciales. Investigaciones posteriores indican que cualquier música evocadora de emociones positivas puede tener efectos similares y temporales en ciertas tareas cognitivas. Los estudios actuales resaltan efectos complejos y de corta duración, descartando la noción de aumentar permanentemente la inteligencia con música clásica. La obra «Eine kleine Nachtmusik«, por ejemplo, está vinculada con el «efecto Mozart«, el cual sugiere mejoras temporales en la cognición. Karina diría… ¡Lo dejo a tu criterio!

La sinestesia musical es una experiencia que despierta la percepción de colores, formas y sensaciones visuales en respuesta a la música. Desde la óptica de la neurociencia, este fenómeno destaca por entrelazar regiones cerebrales que por lo general operan independientemente. La investigación revela que los individuos sinestésicos exhiben conexiones neuronales especialmente robustas entre sus áreas visuales y auditivas.

Tomemos, por ejemplo, «Paint It Black» de The Rolling Stones. La intensidad y matices oscuros en su composición podrían catalizar la evocación de colores y figuras en la mente del oyente. En cambio, «Purple Haze« de Jimi Hendrix, con su título sugerente y atmósfera psicodélica, podría tejer conexiones sensoriales inusuales. De forma similar, «Yellow Submarine» de The Beatles, cargada de colores vivos y elementos imaginativos, podría despertar sensaciones visuales.

Continuando este sinuoso camino, «Red Red Wine» de UB40 vincula el color rojo con el vino, evocando una conexión sinestésica. Estos ejemplos atestiguan cómo la música puede ser un catalizador para experiencias multisensoriales exclusivas en aquellos con sinestesia musical.

Acá te dejamos la playlist completa

Como un estímulo adicional, te animamos a explorar tu «dimensión aural» en tus trayectos diarios en transporte público o vehículo privado. «El Cerebro que Cuenta«, una obra escrita por el renombrado neurólogo, Oliver Sacks. Publicada en 1985, es considerada una joya en la literatura neurocientífica. Se rumorea que Sacks compuso gran parte de este libro mientras reflexionaba sobre la interconexión cerebral durante sus viajes en tren. Y si estás en busca de algo más literario aún, no dejes de considerar «El cerebro musical» de César Aira. En uno de los relatos, Aira aborda una tradición inmutable en el universo que reúne a Dios y a sus únicos comensales, los monos, a tomar el té una vez al año. 

«Musicophilia, Relatos de la música y el cerebro» explora la fascinante y compleja relación entre la música y el cerebro humano. En este libro, nuevamente Sacks, analiza diversos casos de estudio e historias que resaltan el profundo impacto que la música puede tener en las personas, especialmente en aquellas que padecen condiciones o trastornos neurológicos.

Una película que aborda varios aspectos de la neurociencia es «Eternal Sunshine of the Spotless Mind» (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos/¡Olvídate de mí!), dirigida por Michel Gondry y escrita por Charlie Kaufman.

El film explora temas como la memoria, el cerebro y las emociones de una manera creativa y metafórica. Sigue la historia de una pareja que decide borrar los recuerdos de su relación fallida a través de un procedimiento científico.

¡That ‘s all folks!

 

⇒ Leé la cuarta entrega de esta sección y escuchá la playlist: acá ⇐