Los diez avances científicos de 2023 según la revista ‘Science’

Por SINC.

Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.

Science ha designado el desarrollo de los fármacos del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) como avance del año 2023. Estos medicamentos suponen poder atenuar los problemas de salud asociados a la obesidad.

Fármacos para adelgazar con más beneficios

Aunque las causas de esta enfermedad abarcan factores genéticos, fisiológicos, ambientales y sociales, como problema médico, los riesgos de la obesidad pueden poner en peligro la vida: cardiopatías, diabetes, artritis, enfermedades hepáticas y ciertos tipos de cáncer.

Los tratamientos farmacológicos de la obesidad han tenido «un pasado lamentable, a menudo entrelazado con la presión social para adelgazar y la creencia generalizada de que el exceso de peso es reflejo de una escasa fuerza de voluntad», afirma Jennifer Couzin-Frankel, redactora de Science.

La nueva clase de fármacos para perder peso están dando resultados prometedores. Desarrollados originalmente para tratar la diabetes hace casi 20 años, los fármacos GLP-1 para tratar la obesidad han despertado un gran interés.

 
Los fármacos del péptido-1 similar al glucagón que atenúan los problemas de salud asociados a la obesidad son el avance científico del año para ‘Science’. / Pixabay

Este año, dos ensayos clínicos demostraron que los agonistas del GLP-1 producían beneficios significativos para la salud más allá de la propia pérdida de peso. Además, hay varios ensayos en curso que investigan su uso en el tratamiento de la drogadicción, el Alzheimer y el Parkinson.

«Pero, a pesar de todo lo que prometen, los agonistas del receptor GLP-1 han suscitado más preguntas que respuestas, lo que caracteriza a un verdadero avance», añade Holden Thorp, redactor jefe de Science, en un editorial relacionado.

Frankel también pone de manifiesto la preocupación por el coste, la disponibilidad, los efectos secundarios asociados y la posible necesidad de tomar estos fármacos de forma indefinida. Asimismo, a los médicos también les preocupa que las personas que no son obesas ni tienen sobrepeso recurran a ellos para adelgazar rápidamente.

 

Modestos avances contra el alzhéimer 

Los cerebros de los enfermos de alzhéimer contienen unos grumos de proteína llamados beta amiloide, y durante años los científicos han debatido si eliminarlos ayudaría a los pacientes. Varias terapias que lo hacían fracasaron.

EE UU y Japón han aprobado este año un nuevo tratamiento con el medicamento llamado lecanemab. Los ensayos probaron que se ralentizó la pérdida de cognición en un 27 % de los pacientes, en comparación con el placebo, en un ensayo de 18 meses.

Otro ensayo realizado este verano con un tratamiento de anticuerpos, también dirigido contra el amiloide cerebral, denominado donanemab, ralentizó el deterioro cognitivo hasta en un 35 % frente a placebo en una población de pacientes ligeramente distinta. Ambas terapias se administran por vía intravenosa.

Los cerebros de los enfermos de alzhéimer contienen unos grumos de proteína llamados beta amiloide. / Unsplash | Matthew Bennett

Búsqueda de hidrógeno natural

Que la Tierra contenga hidrógeno desafía la sabiduría geológica convencional. Debido a que los científicos pensaban que en la corteza terrestre la mayor parte del hidrógeno sería devorado por los microbios o convertido en otros compuestos.

Su sorprendente existencia en múltiples localizaciones del planeta ha llevado a especular con la posibilidad de que se filtre desde el núcleo de la Tierra o se cree cuando los elementos radiactivos de la corteza dividen el agua. Pero muchos investigadores creen que se genera cuando el agua reacciona con minerales ricos en hierro a altas temperaturas y presiones.

Las prospecciones actuales están encontrando indicios de importantes depósitos de hidrógeno en todos los continentes, excepto en la Antártida.

Las reivindicaciones de los científicos noveles

El invierno pasado, 48.000 trabajadores académicos de la Universidad de California (EE UU) protagonizaron una gran huelga consiguiendo considerables beneficios para los estudiantes de postgrado y postdoctorales. También en Canadá, miles de trabajadores universitarios en todo el país llevaron a cabo una protesta masiva de un día para exigir la financiación federal de los estudiantes postdoctorales, al igual que en Alemania, los científicos con contratos postdoctorales.

Un año de movilizaciones que como señala el científico español Álvaro Cuesta-Domínguez, de la Universidad de Columbia (EE UU) y miembro de la junta ejecutiva de un sindicato que negoció un nuevo contrato para los investigadores postdoctorales e investigadores asociados: «Tenemos que ofrecer mejores condiciones para la futura generación de científicos». 

Huellas de los primeros pobladores de América

En 2021, arqueólogos del Parque Nacional de White Sands, en Nuevo México, anunciaron un descubrimiento: huellas humanas inconfundibles, dejadas en la orilla fangosa de un antiguo lago hace entre 21.000 y 23.000 años.

Las pisadas fosilizadas se formaron en lodo blando en los márgenes de un lago poco profundo que ahora forma parte de Alkali Flat, una gran zona de dunas.

David Bustos, administrador del programa de recursos del parque nacional, fue el primero en descubrir estas huellas en el año 2009. Bustos, junto a Matthew Bennett, un geólogo de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y otros científicos del USGS comenzaron a estudiar más detalladamente el lugar en 2019.

Pisadas humanas fosilizadas en el Parque Nacional de White Sands (Nuevo México). / National Park Service

Si las fechas son correctas, las huellas se dejaron en el punto álgido de la última glaciación, cuando los glaciares cubrían Canadá, lo que sugiere que los humanos debieron de hacer el viaje a América antes de que se formaran esas capas de hielo.

La bomba de carbono de la Tierra se ralentiza

Este año, varios estudios han dejado claro que la fijación de carbono por parte del océano está en grave peligro. Las primeras señales preocupantes aparecieron gracias a los datos de las sondas robóticas Deep Argo, flotadores que se desplazan de forma autónoma a 4.000 metros de profundidad. De esta forma supimos que las aguas del fondo de la Antártida se estaban calentando y que su volumen se estaba reduciendo.

En marzo, un estudio publicado en Communications Earth & Environment y dirigido por investigadores estadounidenses, aportó pruebas más directas. Introdujeron el escaso registro de mediciones históricas de buques en la región en un modelo climático, que demostró que la circulación se había ralentizado hasta un 20 % desde la década de 1970.

Posteriormente, en mayo, un estudio de Nature Climate Change, dirigido por científicos australianos, utilizó mediciones de buques y boyas para demostrar que el flujo de agua abisal se ralentizó casi un 30 % entre 1992 y 2017. Los modelos climáticos tradicionales habían pronosticado que la circulación podría ralentizarse, pero no durante años. “La amenaza que se creía lejana, ya ha llegado”, asume Paul Voosen, redactor de ‘Science’.

Estruendo de las fusiones de agujeros negros gigantes

Este año, los astrofísicos han detectado señales de un débil y muy buscado estruendo cósmico. Se trata del sonido de las ondas gravitacionales de masas titánicas en movimiento: agujeros negros supermasivos de todo el universo que giran unos en torno a otros en pares orbitales estrechos.

En junio, cinco equipos científicos monitorizaron un conjunto diferente de púlsares y anunciaron conjuntamente que, tras 15 años de observaciones, habían reducido el ruido de los datos lo suficiente como para afirmar que lo que quedaba era el estruendo combinado de agujeros negros supermasivos binarios en todo el universo, posiblemente millones de ellos. Los equipos buscan ahora más púlsares para cartografiar el zumbido y acercarse a las galaxias donde los titánicos agujeros negros bailan lentamente.

Llega la IA meteorológica

Empresas tecnológicas como Google, Huawei y Nvidia han entrenado modelos de IA para predecir el tiempo con hasta 10 días de antelación, con una precisión que rivaliza o incluso supera a los modelos tradicionales. En vez de resolver ecuaciones, predicen el futuro próximo basándose en patrones aprendidos a lo largo de 40 años de meteorología, alimentadas por el modelo numérico del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés).

Por su parte, ECMWF ya ha empezado también a producir sus propias previsiones con IA. No se trata de modelos perfectos, porque tienen dificultad para predecir, por ejemplo, la intensidad de los huracanes, pero se espera que mejoren a medida que aprendan de observaciones meteorológicas directas recogidas por sensores.

Nuevas esperanzas contra la malaria

El esfuerzo por combatir la malaria con vacunas ha recibido un doble impulso este año. La primera vacuna mundial contra la malaria, Mosquirix, demostró reducir significativamente la mortalidad en niños y niñas, el grupo más afectado por la enfermedad, que mata a casi 470.000 al año solo en el África subsahariana.

La OMS calcula que la malaria causó más de 640.000 muertes en 2020. / Pixabay

Por otro lado, una segunda vacuna está a punto de unirse a la lucha, con la aprobación por la Organización  Mundial de la Salud (OMS) de una inyección llamada R21/MatrixM. Similar a Mosquirix en su diseño, puede producirse de forma más barata y en mayores cantidades.

El amanecer de la computación a exaescala

Este año, el superordenador Frontier del Laboratorio Nacional de Oak Ridge (EE UU) se convirtió en el primer ordenador a exaescala al que tienen acceso los científicosSe cree que China lleva años con máquinas de exaescala, pero el país no comparte de su hardware.

Pero este es solo el principio. Otra máquina de este tipo del Laboratorio Nacional de Argonne (EE UU) está en su fase final antes de abrirla a los usuarios y en 2024 se espera que entren en funcionamiento otras dos en California y Alemania, a los que seguirán otros en Francia y Japón.

El superordenador a exaescala más rápido, Frontier. / Carlos Jones/ORNL, U.S. Dept. of Energy
 

Fuente: SINC.

El sentido de la orientación: ¿por qué hay personas con mejor ubicación que otras?

POR María Ximena Perez para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

Las habilidades visoespaciales y algunos datos fundamentales para entender cómo funciona el particular “GPS humano”.

¿Es por aquí? ¿Cuántas veces el ser humano se descubre a sí mismo sin saber cómo llegar hasta su propia casa, aunque se encuentre a dos calles?¿Cuántos individuos brindaron indicaciones de cómo llegar a un destino y, a pesar de estar muy concentrados escuchándolas, resbalaron por el cerebro, como si las neuronas fueran impermeables a ese tipo de información? ¿De qué depende el sentido de la orientación? Filósofos y científicos llevan siglos preguntándose cómo saber dónde se está y de qué forma se orienta el cerebro. En la Agencia de noticias científicas de la UNQ encontramos algunos datos para comprenderlo.

Todos los seres humanos poseen ciertas capacidades que le permiten adaptarse al mundo. Entre ellas están las funciones cognitivas que habilitan llevar a cabo cualquier tarea a través de diferentes procesos: recepción de estímulos, selección de la información relevante para posteriormente transformarla, almacenarla, elaborarla y recuperarla cuando sea necesaria. En esta línea se aloja, precisamente, la capacidad de ubicarse, reconocer el espacio circundante y saber en qué dirección se encuentran otros lugares. Es lo que, habitualmente, se llama sentido de la orientación.

No todas las personas están igual de dotadas para desarrollar la comprensión espacial del entorno. Créditos: Latimes.

Pero, ¿por qué hay personas con muy buena orientación, que casi siempre saben dónde están, y otras que, en cambio, cuando se encuentran en un lugar desconocido, se pierden apenas doblan en la primera esquina? ¿A qué se debe que haya unas personas con buena y otras con mala orientación?

El sentido de la orientación está relacionado con las llamadas habilidades visoespaciales, un grupo de funciones cognitivas que permite analizar, comprender y manejar el espacio circundante. Es en virtud de ellas que cada persona tiene consciencia de su posición en el espacio en relación con otros objetos y también de las relaciones de esos objetos entre sí.

Mapas mentales y cerebro

El cerebro es un órgano biológico complejo que tiene una enorme capacidad de cómputo y construye las experiencias sensibles, regula los pensamientos y emociones y controla las acciones.

Según explican Antonio Battro y Percival Denham en Aprender hoy, libro de divulgación científica publicado en 2002: “En la evolución del cerebro humano nuestra especie ha adquirido una cantidad de mecanismos que nos permiten controlar permanentemente el espacio que nos rodea. Gracias a esa evolución, el sistema cerebral evalúa dónde estamos y adónde nos dirigimos, integrando múltiples señales relativas a nuestra posición y al transcurso del tiempo”.

May-Britt Moser y Edvard I. Moser, un matrimonio de neurocientíficos de la Universidad Noruega, y ganadores del Premio Nobel de Medicina en 2014 por sus hallazgos acerca del sistema de posicionamiento del cerebro, enfatizan que ese sistema de localización desarrollado en el cerebro es tan complejo como el GPS de cualquier auto o celular. Y pese a eso “el cerebro hace esos cálculos casi sin esfuerzo, sin que seamos conscientes de ello”.

En 2005, la pareja descubrió otro componente del sistema de posicionamiento del cerebro, un tipo de célula nerviosa denominada célula de red. Su función es generar un sistema de coordenadas que permite un posicionamiento preciso y de navegación espacial. Estas células de red –junto con otras de la corteza entorrinal– forman circuitos con las neuronas de lugar del hipocampo –descubiertas por a finales de los sesenta por el neurocientífico John O’Keefe– y conforman un sistema de posicionamiento integral, o lo que es lo mismo, el GPS del cerebro.

Para los investigadores, en general, una persona solo presta atención a tal complejidad y a la gran importancia de esta capacidad cuando se pierde o cuando la capacidad de orientación resulta mermada por una lesión cerebral, una discapacidad cognitiva o una enfermedad neurodegenerativa.

Consejos para desubicados

Según los especialistas, el sentido de la orientación se puede entrenar. Por ejemplo, cuando una persona que no se orienta bien tiene que dirigirse a algún lugar donde nunca ha estado o que no conoce bien, le conviene programar con antelación la ruta que va a realizar y, observando un mapa, tratar de memorizar la forma aproximada de su recorrido. Esto la ayudará a tener en la cabeza una estructura general del camino cuando se encuentre en el terreno.

Otra recomendación es concentrarse, tratar de poner la atención en los lugares por los que se mueven. El teléfono, la conversación con un acompañante e incluso los pensamientos silenciosos pueden distraer y desorientar. También puede servir fijar puntos de referencia: un edificio colorido, un monumento, una fuente, un cartel publicitario, una esquina muy transitada, por ejemplo, podrían convertirse en los distintos capítulos que dan forma al recorrido total.

Otro consejo especialmente valioso para quienes hacen un camino por primera vez en un sentido y saben que más tarde tendrán que hacerlo en el sentido contrario, es mirar hacia atrás. La memoria visual a menudo engaña y un mismo recorrido puede ofrecer paisajes bastante diferentes en función de si uno va o vuelve. Por eso, parar cada tanto y mirar atrás con atención puede ser una gran contribución.

Con todo, si una ruta está bloqueada en la cabeza, a no desesperar: el GPS mental puede volver a calcular el camino correcto hacia el destino.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ

Selfies mortales

La búsqueda de las mejores fotos para compartir en redes sociales puede llevar a las personas a exponerse a situaciones de peligro extremo, incluso con consecuencias fatales. ¿Vale la pena el riesgo para conseguir más “likes”?

Según informes de la fundación española IO, especialista en medicina del viajero, desde 2008, la tendencia de tomarse selfies extremas se cobró la vida de más de 500 personas, una de cada tres, cuando estaban de viaje. Las principales razones detrás de estas tragedias resultan caídas desde grandes alturas, incidentes relacionados con medios de transporte y trágicos ahogamientos. Muchas de estas pérdidas de vidas pueden atribuirse a turistas que, a menudo, toman riesgos en entornos desconocidos. Por eso resulta fundamental que los profesionales de la salud y la seguridad en viajes incluyan en sus recomendaciones la práctica de «selfies responsables» como parte de la orientación a los viajeros.

En nuestro país, el caso más reciente se remonta a febrero de 2023, cuando una turista bonaerense de 41 años perdió el equilibrio al querer sacarse una selfie, cayó al río Los Sosa en Tucumán, fue arrastrada por la intensa corriente y se ahogó. Días antes, en enero, un ciudadano español de 39 años murió al caer de un acantilado de 20 metros en la zona sur de Mar del Plata mientras intentaba tomarse una selfie con su celular. En diciembre de 2022, una mujer de 39 años corrió la misma suerte al caer de una altura de 100 metros en el cañón del Atuel, en la localidad mendocina de San Rafael.

Recientemente, en otras partes del mundo, podemos citar el caso del funcionario indio que murió tras ser golpeado por las hélices de un helicóptero al intentar sacarse una foto con la aeronave en abril, o el de un turista británico que cayó de una altura de 100 metros al querer lograr una selfie en la Stairway to heaven (escalera al cielo), una de las principales atracciones de las montañas de Dachstein en Austria. 

También encontramos incidentes como el del jóven trabajador de 26 años que se ahogó en las cataratas Gicheru en Kenia luego de caer al río Kiringa y ser arrastrado por la corriente en septiembre pasado; o el de la veinteañera estudiante de medicina que murió en idénticas circunstancias luego de caer al manantial natural Sahasradhara en el norte de la India en agosto.

Respecto a estadísticas mundiales -aportadas por el proyecto Heimdllrla India encabeza el ranking de muertes en situación de selfie seguida por Estados Unidos, Rusia, España y Pakistán. Por su parte, Brasil, Italia, Australia, Indonesia y México completan el top 10, mientras que la Argentina se encuentra en el puesto 18 antecedida por países como Chile, Reino Unido, Canadá y China, entre otros. Por otro lado, la edad promedio de las personas muertas ronda los 24 años, mientras que en cuanto a la ocurrencia de sucesos, las caídas desde grandes alturas abarcan el 49.9%, seguidos por el 28,4% de casos relacionados a incidentes con medios de transporte y al 13,5% por ahogamiento. (Más info).

           

De esta manera, viendo la sucesión creciente de hechos similares vale preguntarnos: ¿Qué impulsa a las personas a arriesgarse en busca del encuadre más original que les asegure más «likes» y las diferencie de la avalancha de imágenes que circulan en las redes sociales?

Esteban Di Paola, sociólogo, investigador del CONICET, profesor de la UBA y especialista en el estudio de las condiciones que influyen en la formación de la identidad individual a través de imágenes, argumenta que los límites en nuestra forma de relacionarnos con el mundo y con otros individuos se han corrido. El profesional explicó que en muchos casos, la prioridad recae en la creación de una imagen de uno mismo al conseguir la toma perfecta para una selfie con el fin construir una presencia destacada en las redes sociales

Así, diseñar la imagen en las redes sociales es una labor que requiere tiempo. En este proceso, las personas ganan una especie de «prestigio de aparición». Según la opinión de Di Paola, en la actualidad, las conexiones sociales no están necesariamente destinadas, por ejemplo, a conseguir empleo o una beca para la universidad, sino a destacar en ciertos círculos frente a audiencias específicas. En relación a esta nueva cultura de las selfies, Di Paola destaca que hace 40 años, la ambición de un joven era asegurarse un buen trabajo y formar una familia pero esas metas ya no son tan prevalentes, ahora la aspiración se centra en pertenecer a espacios públicos específicos donde se pueda mostrar algo, donde se pueda construir una imagen de uno mismo.

Según Luciano Lutereau, doctor en Psicología y Filosofía de la UBA, donde ejerce como docente e investigador, las personas que se toman selfies en situaciones peligrosas no suelen considerar el riesgo de muerte. A medida que se desarrolla la pulsión erótica exhibicionista, los instintos de autoconservación disminuyen. En este proceso, la preocupación por preservar la propia seguridad se ve eclipsada por el deseo de validar una imagen personal grandiosa y encontrar validación en uno mismo.

Lutereau argumenta que las selfies compartidas en las redes sociales generan un tipo de recompensa imaginaria donde a veces, este beneficio imaginario es más importante que cualquier reconocimiento simbólico. El problema es que este beneficio carece de una base real. Además, lo simbólico no se convierte en una realidad tangible, como la carrera de alguien que se consolida en una posición debido a su esfuerzo. En cambio, en la satisfacción imaginaria, al no tener un anclaje real de esa imagen, surgen tendencias a la adicción. Muchos influencers se vuelven adictos a sus publicaciones, a mostrarse constantemente y a crear contenido para la web sin cesar. Lutereau señala que esta frenética actividad se debe a la falta de un respaldo simbólico al cual puedan regresar; por lo tanto, deben mantenerse produciendo contenido de manera constante.

En el mundo actual, donde la subjetividad y la construcción de la imagen personal predominan, un influencer, respaldado por una cierta retórica, puede tener un impacto mucho mayor en determinados campos del conocimiento que una persona que haya invertido en formación y estudios.

La gratificación, ya sea imaginaria o real, de pertenecer a un determinado grupo o de mostrarse feliz en fotos inesperadas, a menudo se traduce en la búsqueda de esos codiciados «likes», los cuales obsesionan a algunos y están relacionados con la liberación de dopamina. Lucía Crivelli, jefa de Neuropsicología de Fleni e investigadora del CONICET, relata que un estudio realizado en adolescentes y publicado por la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) demostró que recibir una gran cantidad de ‘likes’ activa las regiones del cerebro asociadas al procesamiento de recompensas, lo que desencadena la liberación de dopamina. La dopamina, a menudo llamada la ‘hormona del bienestar’, genera sensaciones placenteras.

En esta época de cambio, vemos cómo se promueve la idea de ser un modelo para los demás, que a menudo se trata de una visión hedonista narcisista. En la cultura actual, estar activo en las redes sociales implica asumir ciertos riesgos, y destacarse ya no se relaciona con los valores tradicionales. Cultivar una imagen pública y ganar prestigio parece que se ha vuelto más importante incluso que la propia vida.