La región del Istmo de Tehuantepec se utilizó como paso interoceánico en el siglo XVI

Por US para SINC

Dos investigadores de la Universidad de Sevilla han realizado un estudio detallado del mapa más antiguo del río Coatzacoalcos (México), que fue obra de el marino Francisco Gali, nacido en Sevilla en 1539. El trabajo mostraría la viabilidad de utilizar este afluente como paso entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Una investigación, publicada recientemente en la revista The Cartographic Journal, realiza un análisis detallado del mapa más antiguo del río Coatzacoalcos (México), dibujado por el explorador y navegante sevillano Francisco de Gali en 1580. En este estudio los investigadores de la Universidad de Sevilla (US) combinan enfoques más tradicionales con tecnologías digitales.

El Istmo de Tehuantepec, región situada en el sur de México, es la zona más estrecha entre los océanos Atlántico y el Pacífico de todo el país. Sólo 220 kilómetros separan los dos océanos. Durante la primera mitad del siglo XVI, hubo un esfuerzo de los conquistadores españoles por encontrar, un estrecho que conectara los dos océanos. Esto significó que, en las exploraciones de conquista durante el siglo XVI, esta región se utilizó como paso interoceánico, realizándose aproximadamente las dos terceras partes del viaje a través del caudaloso río Coatzacoalcos y el resto, por tierra. 

Estos datos son fruto del artículo “El mapa del río Coatzacoalcos (1580): primera cartografía del Istmo de Tehuantepec”, estudio realizado de forma conjunta por el profesor Manuel Morato Moreno, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI); y el catedrático emérito José María Gentil Baldrich.

Dibujo del golfo de México y costa de Nueva España, desde el cabo de Santa Elena hasta el río Pánuco. / US

Interés de la monarquía española

En 1580 el alcalde de Coatzacoalcos recibió un mandato de la Corona española para conocer diferentes aspectos de los territorios de ultramar, como la geografía, la topografía, la toponimia, las lenguas indígenas, las plantas, etc. Solicitó entonces un mapa en el que se describiera la geografía de la región indicando los accidentes geográficos, las poblaciones y vías de comunicación. Para ello, contó con la ayuda de Francisco Gali, un marino español que recorría esas tierras en su camino hacia la costa del Pacífico. 

La exploración de esta región entre los denominados Mar del Norte y el Mar del Sur fue, desde la conquista de Mesoamérica, una idea fija de la monarquía española y sus representantes. Carlos V hizo de este proyecto una de las misiones prioritarias de los exploradores cuyo objetivo era poner en comunicación el reino de Nueva España con el de Perú. Hernán Cortés también la utilizó en 1520 para transportar equipos pertrechos y suministros.

El análisis del mapa sugiere que fue realizado con premura. Tanto los errores en las distancias como las numerosas correcciones que aún pueden observarse apoyan esta conjetura. Parece que Francisco Gali estaba más interesado, desde su punto de vista de explorador y navegante, en el aspecto más importante de la región: la posibilidad de conectar el Mar del Norte y el Mar del Sur a través del Estrecho de Tehuantepec. 

Francisco Gali: navegante, explorador, cosmógrafo y cartógrafo

Francisco Gali, nacido en Sevilla en 1539, es un personaje único y enigmático. No existe apenas información sobre él antes de su aparición en América. A pesar del escaso número de mapas que se han descubierto elaborados por Gali (dos firmados y un tercero atribuido), los documentos históricos se refieren a él no sólo como experto marino, sino también como hábil cartógrafo y cosmógrafo.

Este trabajo sirve como continuación a otros artículos publicados sobre otro de los mapas realizados por Francisco de Gali.  

 

Referencia bibliográfica:

Manuel Morato-Moreno & José-María Gentil Baldrich. “The Map of the Coatzacoalcos River (1580): The First Cartography of the Isthmus of Tehuantepec”. The Cartographic Journal (2022).

Fuente: SINC.

Una brecha profunda: solo el seis por ciento de los ganadores del Nobel son mujeres

POR Nicolás Retamar para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

En octubre de 2022 se entregaron los premios y la tendencia continúa. De las más de 900 personas galardonadas, la enorme mayoría son hombres.

El año pasado se anunciaron los ganadores de los Premios Nobel 2022 en seis categorías: Medicina, Física, Química, Literatura, Paz y Economía. En esta ocasión, el premio en medicina (disciplina que abre el rally de una elección por día de la semana) fue para Svante Pääbo. Desde el comité encargado de la selección, destacaron que el biólogo sueco “logró secuenciar el genoma del neandertal, un pariente extinto de los humanos actuales. Al revelar las diferencias genéticas que distinguen a todos los humanos vivos de los homínidos extintos, sus descubrimientos proporcionan la base para explorar lo que nos hace singularmente humanos”. Más allá de la importancia del descubrimiento, los Nobel continúan con otra tradición: elegir hombres, blancos y europeos.   

Entre 1901 y 2021, los Premios Nobel se otorgaron 609 veces a 975 personas y organizaciones. Sin embargo, algunos investigadores e investigadoras recibieron la distinción más de una vez. Así, 943 individuos fueron premiados en 120 años de historia. Sin embargo, la mayoría de los condecorados son hombres; la cifra indica que 58 mujeres alcanzaron el galardón más popular del campo científico.

Los ganadores del Nobel reciben esta medalla de 18 quilates de oro y 900 mil dólares de premio. Créditos: Humanidades.com

Incluso, la cifra es todavía más alarmante si se recorta la estadística a las premiaciones en física, química y medicina, las categorías con más historia y más peso dentro del Nobel. Con esta cuenta, menos del 4 por ciento de las mujeres se colgaron la medalla en el pecho. Solo 22 científicas y médicas fueron destacadas de las 631 personas premiadas. De ellas, ninguna es latinoamericana o caribeña.

Estas cifras se relacionan con desigualdades históricas y estructurales. “Las mujeres siempre hicimos ciencia y, la mayoría de las veces, nuestro trabajo fue invisibilizado por los obstáculos inherentes al patriarcado. Por este motivo, a medida que asciende el escalafón jerárquico, la participación se reduce significativamente”, señala María Eugenia Dichano, investigadora de la UNQ especialista en Géneros y Derechos Humanos, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

Ahora que sí nos ven

De las 22 mujeres premiadas en la historia del Nobel en física, medicina y química, 12 fueron distinguidas en el siglo XXI. En 2018, Göran K. Hansson, secretario general de la Real Academia de Ciencias de Suecia (organismo designado por Alfred Nobel para elegir los premios de física y química) sugirió una mayor inclusión en el otorgamiento de los reconocimientos teniendo en cuenta el género y la nacionalidad.

“En los últimos años la agenda de género ha cobrado un gran protagonismo, recogiendo los reclamos de mujeres y disidencias, buscando igualdad de derechos. Por eso, instituciones conservadoras y tradicionalistas como estas se ven interpeladas ante estas demandas legítimas”, advierte Dichano.

Nombre y fecha

En física, de las 218 personas premiadas, solo cuatro son mujeres: Marie Curie (1903); Maria Goeppert-Mayer (1963); Donna Strickland (2018); Andrea Ghez (2020). En medicina, 12 mujeres de las 226 personas premiadas obtuvieron el reconocimiento: Gerty Theresa Cori (1947); Rosalyn Sussman Yalow (1977); Barbara McClintock (1983); Rita Levi-Montalcini (1986); Gertrude B. Elion (1988); Christiane NüssleinVolhard (1995); Linda B. Buck (2004); Françoise Barré-Sinoussi (2008); Carolyn W. Greider y Elizabeth H. Blackburn (2009); May Britt Moser (2014); Tu Youyou (2015).

Por su parte, de las 187 personas galardonadas con el Premio Nobel de Química en el lapso 1901-2021, solamente siete son mujeres: Marie Curie (1911); Irène Joliot-Curie (1935); Dorothy Crowfoot Hodgkin (1964); Ada E. Yonath (2009); Frances Arnold (2018); Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna (2020).

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ 

 

El transistor cumple 75 años y su tecnología sigue siendo muy actual

Por Alejandro Muñoz para SINC

La invención de este dispositivo marcó el comienzo de la electrónica y la era de las telecomunicaciones. La revista Science repasa en un número especial la historia del transistor y los retos de su evolución tecnológica, que plantea la utilización de materiales de última generación, pero mantiene los mismos principios de funcionamiento original.

Hace 75 años comenzó la era de las tecnologías de la información. El hito estuvo marcado por la invención de un dispositivo, el transistor, que en aquel momento tenía un tamaño cercano a una naranja. En la actualidad, el pequeño chip microprocesador de un ordenador puede contener unos 700 millones de transistores y la cifra sigue aumentando cada año.

Con motivo de esta efeméride, la revista Science publica esta semana una edición especial en la que repasa la historia del transistor y los retos que afronta su evolución tecnológica en la actualidad.

“Sin transistores no habría teléfonos móviles, ordenadores portátiles o videojuegos. Además, tendríamos que volver a usar los mapas, porque la tecnología GPS utiliza satélites que transmiten señales mediante el uso de transistores. Casi toda la tecnología médica se basa en estos dispositivos, desde la toma de imágenes y la cirugía robótica hasta los instrumentos que obtienen los resultados de los análisis de sangre”, explica a SINC Phil Szuromi, editor adjunto de Science y autor del la introducción del especial.

Un microprocesador de un ordenador puede contener unos 700 millones de transistores. / NaMaKuKi (Adobe Stock)

Una revolución tecnológica de Premio Nobel

Como recuerdan Suman Datta y sus compañeros en una revisión de este especial de Science, el desarrollo tecnológico del transistor fue posible gracias a los avances en la teoría de los semiconductores de 1930 y en la purificación del germanio y el silicio, en la década de 1940.

En los Estados Unidos de los años 40, la telefonía de larga distancia tenía un problema. Para que la señal eléctrica recorriera largas distancias era necesario amplificarla y este proceso pasaba por las válvulas de vacío o triodos, unos componentes que se calentaban y eran poco fiables.

La Bell Telephone Company, compañía fundada por Alexander Graham Bell y posterior AT&T, contaba con una división de investigación a la que se le encomendó resolver este problema, los Bell Labs. En diciembre de 1947John BardeenWalter Brattain y William Shockley, de Bell Labs, desarrollaron el transistor: el primer semiconductor de estado sólido. En 1956, los tres investigadores recibieron el Premio Nobel de Física “por sus investigaciones en semiconductores y su descubrimiento del efecto transistor”.

Primer transistor de la historia: Bell Labs (1947). / Bell Labs

El transistor tomó su nombre de la función semiconductora del dispositivo: TRANsfer y reSISTOR. Aquel primer transistor de 1947 estaba hecho de láminas de oro, plástico y germanio. Posteriormente, para su comercialización se empleó el silicio, más fiable y fácil de fabricar.

La creación del transistor no solo contribuyó a la mejora de la telefonía. Permitió la computación digital y su impacto en la sociedad es “difícil de sobreestimar”, destacan los autores de la revisión.

Por citar otros ejemplos, su comercialización permitió el desarrollo de la radio de bolsillo, la creación de Silicon Valley y fue clave en el desarrollo del programa Apollo, agregan.

Nuevos transistores para nuevas necesidades

Durante décadas, la evolución tecnológica del transistor ha permitido reducir su tamaño y su consumo de energía para poder introducir millones de transistores en chips y circuitos integrados. Nuestro propio teléfono móvil funciona gracias a millones de estos semiconductores, señalan Datta y sus colegas.

La Ley de Moore, postulada casi 20 años después de la creación del transistor, vaticinaba que el número de transistores en un circuito integrado se doblaría cada 1 o 2 años. Esta premisa, que ha sido cierta en las últimas décadas, está perdiendo validez. En la actualidad, el escalado resulta mucho más complejo, entre otros motivos, por la posible aparición de pequeñas fugas eléctricas cuando el transistor está apagado, subrayan.

Los autores comentan que al igual que la necesidad de realizar llamadas de costa a costa de Estados Unidos motivó el desarrollo del transistor, las necesidades de hoy en día propician la creación de la nueva generación de transistores, de materiales que van desde los nanotubos de carbono al óxido de galio.

“La mayor necesidad es usar menos energía. Todos hemos sentido cómo se calientan nuestros regazos cuando usamos un ordenador portátil: ese calor es energía que se usa para hacer funcionar el dispositivo. Los nuevos diseños de transistores deberían usar menos energía y los nanotubos de carbono pueden reemplazar al silicio, como una forma de usar menos energía en este tipo de aplicaciones. Por otro lado, para controlar los sistemas de alta potencia en la industria también se están explorando otros semiconductores más allá del silicio, como el carburo de silicio y el óxido de galio, que disminuirán la energía desperdiciada en los sistemas de control”, comenta Szuromi a SINC.

En el caso de los transistores de nanotubos de carbono (CNT), esta tecnología propiciará multitud de nuevas aplicaciones. Por ejemplo, la creación de biosensores que podrían ser útiles para detectar el cáncer, según los expertos citados en el número especial.

Si bien los CNT podrían constituirse como una evolución tecnológica a los transistores actuales, también plantean problemas de producción. Su desarrollo se basa en procesos que no son fáciles de escalar.

Para Aaron Franklyn y otros firmantes, autores de otro de los artículos de revisión, “la realización de una tecnología de transistores CNT que cubra las necesidades del alto volumen de fabricación tiene muchos obstáculos. Se requiere un esfuerzo conjunto de la academia y la industria para superarlos”.

Las aplicaciones del futuro

Los expertos citados auguran que los próximos circuitos integrados realizarán tareas más rápido, gracias a que su diseño estará orientado a la realización de tareas específicas.

“Ya tenemos chips especializados que ejecutan los gráficos de los videojuegos; sin ellos, los juegos serían más lentos y menos realistas visualmente. Los fabricantes de automóviles diseñarán específicamente los chips que harán funcionar los automóviles autónomos, para ejecutar todas las tareas de navegación y conducción de manera rápida y eficiente”, dice Szuromi a SINC.

En su opinión, “la tecnología de transistores utilizada en tareas de detección y control, como guiar a los robots a un edificio derrumbado para buscar supervivientes, tendrá los sensores integrados en los chips, en lugar de sensores separados, y acelerará el procesamiento. Los dispositivos flexibles, como sensores portátiles y monitores en forma de parches para la piel, impulsarán la medicina personalizada”.

Con independencia de su construcción y sus aplicaciones, los principios detrás del funcionamiento del transistor siguen siendo clave para el desarrollo tecnológico, 75 años después de la creación del primer transistor. 

 

Referencia bibliográfica:

Número especial de  Science  (noviembre, 2022)

Introducción: Phil Szuromi «From one transistor…«

Perspectiva: Mark S. Lundstrom, Muhammad A. Alam. «Moore’s law: The journey ahead«; Marko J. Tadjer «Toward gallium oxide power electronics» 

Revisión: Aaron D. Franklin, Mark C. Hersam, and H.-S. Philip Wong. «Carbon nanotube transistors: Making electronics from molecules«;  

Suman Datta, Wriddhi Chakraborty, Marko Radosavljevic. «Toward attoJoule switching energy in logic transistors» 

Fuente: SINC.