Meraxes, el nuevo dinosaurio carnívoro hallado en Argentina

Descubiertos en la Barda Atravesada de las Campanas, a unos 20 km de Villa El Chocón, provincia del Neuquén, sus fósiles ayudaron a los investigadores a calcular su enorme tamaño y otras particularidades que lo hacen único.

Un equipo científico, liderado por investigadores argentinos, halló el esqueleto más completo conocido para un carcarodontosáurido sudamericano y uno de los más completos del mundo. Su nombre, Meraxes, está inspirado en un dragón de los libros “Canción de Hielo y Fuego” del escritor George R.R. Martin, recreados en la serie Game of Thrones (Juego de Tronos) y es uno de los dinosaurios carnívoros de mayor tamaño registrado. La extracción de los grandes huesos de este animal tomó 4 campañas anuales de 2 a 4 semanas cada una. 

Se calcula que el individuo hallado, que murió con alrededor de 45 años de edad (entre 39 y 53) alcanzaba unos 11 metros de longitud, y su peso rondaba las cuatro toneladas (4200 kg). Sus características anatómicas muestran que este dinosaurio tenía algunas particularidades. Su cabeza era enorme, con huesos muy ornamentados con protuberancias, crestas y surcos, y sus dientes del tamaño de cuchillos. Sus brazos eran sorprendentemente cortos, del tamaño de los de una persona; su sacro tiene una forma curiosa, como de silla de montar, sus patas eran poderosas y su segundo dedo era rematado por una poderosa garra, que recuerda vagamente a la de los velociraptores o la de las chuñas, aves cazadoras que viven en el norte argentino.

Ilustración de Meraxes por Carlos Papolio.

Uno de los aspectos interesantes de los carcarodontosáuridos es que sus cabezas son muy grandes, a tal punto que la del gran carcarodontosáurido Giganotosaurus carolinii supera ampliamente en longitud a la del T. rex. Sin embargo, mientras que de T.rex se conocen varios cráneos completos, esto no era así para los carcarodontosáuridos cuyo adalid, Giganotosaurus, posee un cráneo enorme pero incompleto. Aquí es donde juega Meraxes; pues lo completo del cráneo, con sus 127 cm permite, por primera vez, tomar medidas detalladas de un cráneo de carcarodontosáurido y extrapolarlas el gran Giganotosaurus. Aunque el cráneo de Meraxes es proporcionalmente más angosto, permitió estimar la longitud total del cráneo de Giganotosaurus, el más grande de los carcarodontosáuridos y uno de los más largos en terópodos en 163 cm.

Una de las partes mejor preservadas de Meraxes son sus pies. Casi todos los huesos de sus dedos estaban en posición, mostrando con claridad su ubicación. Estos huesos robustos y con fuertes uniones ligamentosas entre sí, estaban preparados para sostener el elevado peso de estos enormes dinosaurios carnívoros. Una de las características más llamativas que revelaron estos materiales es la garra del dedo interno del pie, bastante más grande que las otras dos (casi el doble de larga que la del dedo externo) y con un borde ventral un poco más afilado. Si bien en formas más primitivas de estos terópodos, como Allosaurus esta característica está presente, nunca con el nivel de desarrollo que presenta Meraxes, por lo que resulta una característica hasta ahora propia de esta nueva especie.

Otra de las particularidades de Meraxes es que en las vértebras que están por encima de su cintura pélvica (las vértebras sacras), las espinas dibujan un contorno semejante al de una silla de montar. Esta particularidad, que ya hemos visto en otros carcarodontosáuridos precede, por ejemplo, en el ibérico Concavenator, a una pequeña cresta o joroba, de función desconocida. ¿Tenía Meraxes una joroba al final de la espalda, antes del sacro? Es bastante posible, pero no se encontraron las suficientes vértebras de la espalda como para saberlo.

Aunque no es posible decir la edad exacta de Meraxes al morir, se concluyó que había alcanzado la madurez tardíamente, bastante después de lo que lo hacía T. rex. Así, este individuo de Meraxes se halla entre los dinosaurios carnívoros más ancianos que se conocen. Una comparación del modo de crecer de los dinosaurios carnívoros sugiere que Meraxes gigas alcanzaba su enorme tamaño alargando el tiempo de crecimiento (hipermorfosis) respecto a lo que sería normal para otros terópodos emparentados (como Allosaurus, del Jurásico de EEUU); es decir, continuaba su crecimiento por un mayor periodo de tiempo (como si los humanos, en lugar de dejar de crecer en altura a los 20 años, crecieran hasta los 40 y llegaran a alrededor de tres metros de altura).

Equipo científico protagonista del hallazgo durante una de las campañas.

La Barda Atravesada de las Campanas, cortada por el cañadón del mismo nombre, es un sitio árido de rocas rojizas que dista unos 20 kilómetros de Villa El Chocón, provincia del Neuquén. En la zona afloran rocas conocidas como Formación Huincul, depositadas a principios del Cretácico Superior (de unos 96 a 93 millones de años de antigüedad) de una época en la que convivían los mayores de todos los dinosaurios herbívoros del mundo, incluyendo a cuello-largos como el titanosaurio Argentinosaurus, junto a rebaquisáuridos de tamaño mediano y largas colas, y veloces iguanodontes que escapaban de carnívoros de todo tipo, desde aquellos pequeños y emplumados emparentados con las aves a terópodos medianos como el abelisáurido Skorpiovenator y los colosales carcarodontosáuridos, los más grandes dinosaurios carnívoros de todos los tiempos.

El hallazgo de Meraxes incrementa la diversidad de terópodos conocidos para la Formación Huincul y agrega una nueva especie de depredador gigante para el Cretácico de América del Sur. Representa también el primer carcarodontosáurido con cráneo, brazos y pies muy completos, y el más anciano de los dinosaurios que conocemos, con alrededor de 45 años de edad. Además, Meraxes brinda información acerca de la relación entre los cráneos enormes y los brazos diminutos en los mayores dinosaurios carnívoros del mundo.

El trabajo científico fue publicado en el último número de la prestigiosa revista científica Current Biology. El título del trabajo en inglés es New giant carnivorous dinosaur reveals convergent evolutionary trends in theropod arm reduction. El fósil fue estudiado por el Dr. Juan I. Canale, quien lideró el estudio del Museo “Ernesto Bachmann” de Villa El Chocón, junto al Dr. Sebastián Apesteguía (Fundación Azara – CONICET), el Dr. Pablo A. Gallina, (Fundación Azara – CONICET) y los doctores Jonathan Mitchell (West Virginia University Institute of Technology (EEUU), Nathan Smith (Los Angeles County Museum, EEUU), Thomas Cullen (Field Museum (Chicago, EEUU) y Carleton University (Ottawa, Canada).

También fueron parte del estudio la técnica japonesa Akiko Shinya, el Lic. Alejandro Haluza (Laboratorio de Paleontología de Villa El Chocón, el Dr. Federico Gianechini (Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de la Universidad de San Luis (Argentina) y el Dr. Peter J. Makovicky (Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra en la University of Minnesota y en el Field Museum de Chicago (EEUU).

Fuente y foto: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Ilustración: Carlos Papolio.

¿Sos inventor o conocés a alguien que haya creado algún producto o servicio novedoso?

Continúa abierta la convocatoria de proyectos para participar en la decimoséptima edición del Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR. El certamen repartirá distinciones por un total de $23.500.000 entre las iniciativas ganadoras en las distintas categorías.

Si sos inventor y desarrollaste un producto o servicio novedoso o conocés a alguien que sea diseñador industrial, investigador, aficionado a la robótica o la inteligencia artificial o estudiante de universidad y que haya diseñado y creado un producto o servicio innovador, avisale que todavía está a tiempo de participar en la decimoséptima edición del concurso INNOVAR, inscribiéndose hasta el 15 de julio en www.innovar.gob.ar.

Se entregarán 42 distinciones entre los mejores proyectos, por lo que podés ser uno de los ganadores de premios que van desde $400.000 hasta $800.000. En esta edición, las iniciativas deben estar enmarcadas en 6 categorías: producto innovador; investigación aplicada; innovaciones en el agro; diseño industrial; robótica y/o inteligencia artificial; e innovaciones en universidades. Asimismo, se considerarán especialmente aquellos proyectos que traten las siguientes temáticas estratégicas vinculadas al Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 del ministerio de ciencia nacional: Argentina espacial; transición energética; soberanía alimentaria; transformación digital; Argentina contra la pobreza; transición al desarrollo sostenible; salud accesible, equitativa y de calidad; bioeconomía para el desarrollo territorial; y desarrollo productivo (PyMES y cooperativismo).

Finalizado el plazo de la convocatoria, el proceso de evaluación consta de dos etapas. Una de evaluación de proyectos, realizada por un equipo de evaluadoras y evaluadores, especialistas en las temáticas vinculadas a las categorías del certamen. Otra en la que un prestigioso cuerpo de jurados se reúne para seleccionar los proyectos ganadores entre aquellos que resultaron mejor considerados en la evaluación. Las iniciativas serán evaluadas a propósito de su grado de novedad, su nivel de impacto, su viabilidad comercial y su grado de desarrollo.  

Con más de 17 años de trayectoria, el Concurso Nacional de Innovaciones INNOVAR es la iniciativa pionera que fomenta la innovación y premia a quienes se atreven a inventar, crear y mejorar productos y servicios, a nivel federal. Los proyectos son distinguidos con el objetivo de impulsar y promover invenciones de alto impacto social y comercial; potenciar emprendimientos de base tecnológica; dar visibilidad a procesos, productos patentados o patentables en Argentina y/o el exterior; y continuar fortaleciendo el desarrollo de una cultura innovadora nacional

Para más información y novedades ingresá en el sitio web o seguí a Innovar en Facebook, Instagram y Twitter.

Foto: INNOVAR 

¿Qué es el paleoarte?

Una buena respuesta podría ser: un dinosaurio pintando sobre un lienzo o esculpiendo una piedra. Otra alternativa: los dibujos de animales y prácticas de caza realizados por algunos homínidos en las paredes rocosas de las cuevas donde vivían. Pero no…

El paleoarte es una disciplina que combina el arte y la ciencia para reconstruir animales prehistóricos -que nunca nadie vio-  y los hábitats en los que vivieron hace millones de años antes de su extinción. Habitualmente las reconstrucciones se realizan a través de técnicas derivadas de las artes plásticas, y a partir del conocimiento científico disponible y vinculado a los registros fósiles encontrados a lo largo de la historia. Esto permite recrear de la manera más fiel y rigurosa posible -mediante ilustraciones o esculturas- las criaturas y ecosistemas prehistóricos.

Especialistas en esta disciplina aseguran que para realizar una ilustración de este tipo, y antes de realizar cualquier escultura, es necesario contar con un estudio morfológico exhaustivo del animal. Para ello son clave los fósiles y los estudios asociados, que también servirán para recrear su hábitat original con su vegetación y demás características ambientales. También sirve la comparación con animales actuales como reptiles y aves -gracias a sus características morfológicas y colores- y sus hábitats como punto de partida para la inspiración. Además, como muy rara vez se encuentran esqueletos completos, la mayoría de los animales que se ven en los museos, están confeccionados con partes del fósil original y otra reconstruida. Esta tarea no es nada sencilla y lleva tiempo, ya que requiere se realice un estudio filogenético, que especifica con qué otros animales estaba emparentado y cómo es la anatomía del grupo al que pertenece, para poder suponer cómo esa anatomía general se adapta a los fósiles del ejemplar a recrear, lo que se denomina una reconstrucción parsimoniosa. Una vez que está listo el boceto se realiza el modelo corpóreo para el que se suelen utilizar diversos materiales como, yeso, masilla plástica, silicona y poliestireno expandido -entre otros- y pinturas, de base acrílica u otras, dependiendo del lugar de exposición del ejemplar. 

Si bien no existe una carrera universitaria específica para recibirse de paleoartista, quienes se dedican a esta disciplina suelen ser biólogos, paleontólogos y/o personas egresadas o aficionadas a las bellas artes, pero que sin dudas, son apasionadas por los animales prehistóricos y poseen aptitudes para comprender las investigaciones científicas y traducir ese conocimiento en una reconstrucción que conmueva y despierte el interés por lo maravillosa que fue y es la vida en nuestro planeta.  

Fuente: El Día 
Ilustración: Gustavo Encina Magallanes (IG @encinamagallanes)