POR Luciana Mazzini Puga para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ
Tras la media sanción obtenida en la Cámara de Diputados, especialistas explican que la biodiversidad de esta área marina favorece la mitigación del cambio climático y que el principal problema es la pesca ilegal.
Recientemente, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto que impulsa la creación del Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul. La iniciativa abarcará 148 mil km cuadrados del fondo marino dentro de la Plataforma Continental Argentina, y permitirá profundizar las investigaciones científicas y preservar el Mar Argentino. Ahora bien, ¿Qué es el Agujero Azul y por qué es necesario protegerlo?
Se trata de un área particular del talud continental. Posee una superficie aproximada de 6.600 km cuadrados y está ubicada a unos 500 km al este del golfo San Jorge, provincias de Chubut y Santa Cruz. Se trata de la única zona en que la isobata de los 200 metros –línea que une puntos de igual profundidad en el océano y en el mar– transcurre fuera de la Zona Económica Exclusiva. En consecuencia, la sección oriental de la misma se encuentra en aguas internacionales.
Además, el Agujero Azul presenta una amplia biodiversidad bentónica –ecosistema que habita el fondo marino– que se ve amenazada por la pesca ilegal extranjera: desde bosques de corales, esponjas, estrellas de mar y la vieira patagónica hasta rayas, tiburones, merluza y calamares, pasando por ofiuras y briozoos. Asimismo, el proyecto busca preservar la estructura y función de ecosistemas y ambientes de gran biodiversidad como los cañones submarinos (valle de laderas inclinadas ubicado en el talud continental).
En ese marco, la importancia del proyecto, que espera su votación en el Senado, radica en “la necesidad de prevenir la continuidad y el incremento de la pesca de arrastre de fondo y la expansión de la frontera hidrocarburífera. Así como también contribuir a la mitigación del cambio climático”, explica Valeria Falabella, directora del Programa de Conservación Costero Marina de WCS Argentina, una de las organizaciones que intervino en el proyecto legislativo.
También agrega: “El ambiente que conforman estas especies son refugio, zona de cría y de desove de muchos otros animales que dependen de ellas para su ciclo de vida saludable. Además, estos ecosistemas son elementos importantes en la capacidad de los océanos para mitigar el cambio climático, ya que colaboran con una gran captación y almacenamiento de carbono en sus estructuras”.
Fortalecer la soberanía
Por su parte, Luis Cappozzo, biólogo marino e investigador principal de Conicet, cuenta que la iniciativa promoverá innovaciones tecnológicas aplicables a la explotación sustentable de los recursos naturales y al desarrollo de industrias vinculadas al mar. De esta manera, “se fortalecerá la conciencia marítima de la sociedad argentina y se respaldará con información y presencia científica la soberanía de nuestro país en el área del Atlántico Sur”.
El Agujero Azul es una de las cinco áreas geográficas elegidas por Pampa Azul. “Esta iniciativa busca mejorar la explotación de los recursos provenientes del Mar Argentino a través de la zonificación, el ordenamiento, la aplicación de nuevas tecnologías, la capacitación, el financiamiento de la investigación y la custodia”, explica Cappozzo . En definitiva, hacer uso racional de los recursos de manera sustentable.
Pesca ilegal
Tal como cuentan los expertos, frente a la gran biodiversidad de dicha área del Atlántico Sur se encuentra la actividad pesquera internacional, que no tiene ningún tipo de gobernanza ni regulación. La creación del área marina protegida permitirá limitar estas actividades extractivas y favorecer así la protección y recuperación de los fondos y ecosistemas bentónicos. Además, beneficiará la capacidad del océano en general y del Agujero Azul en particular de continuar con el almacenamiento del carbono.
Al servicio del cuidado ambiental
Hace tiempo que los organismos internacionales y las organizaciones ambientales piden a los gobiernos que tomen medidas ante el cambio climático ya que las consecuencias podrían ser graves. En este sentido, que haya áreas que preserven los ecosistemas y que apunten a profundizar las investigaciones científicas es un paso.
La media sanción del proyecto en la Cámara Baja fue vista con buenos ojos por los biólogos y biólogas marinas y por las distintas organizaciones, por lo que su paso por el Senado genera expectativas. Falabella explica que, gracias a varias investigaciones científicas, existen tres razones por las que el proyecto debe ser aprobado.
Por un lado, los seres humanos son responsables de la crisis ambiental debido a la realización de prácticas no sostenibles de uso y explotación de recursos. Por el otro, las áreas marinas protegidas son “una herramienta indiscutida” para la protección de ambientes marinos y el equilibrio de ecosistemas, lo cual es importante para la subsistencia de los seres humanos. Y por último, si bien ya existe información científica que justifica la protección del Agujero Azul, “la ciencia seguirá remarcando la importancia de haber protegido estos ambientes”.
“Esperamos que los legisladores del Senado actúen con la sensibilidad y responsabilidad que se requiere frente a una situación de profunda crisis ambiental marcada por la pérdida de hábitats y de biodiversidad, potenciado en un contexto de cambio climático”, enfatiza la representante de WCS Argentina.
Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ
Foto: visionagropecuaria.