En diálogo con TEC, su director ejecutivo detalló cómo encaran un ambicioso plan de búsqueda de inversiones, enfocados en la expansión de su nueva planta que será la primera de Latinoamérica dedicada exclusivamente a la fabricación de este tipo de tecnología y que convertirá a la compañía en líder global en vigilancia electrónica.
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American Robotics es una empresa argentina fundada en 2020 y radicada en Gualeguaychú, Entre Ríos. La compañía se especializa en el desarrollo y la fabricación de vehículos terrestres no tripulados dotados de tecnologías que utilizan la robótica aplicada y la inteligencia artificial para otorgarles autonomía y versatilidad en tareas de exploración, logística, seguridad y defensa. Estas unidades también llamadas UGV (Unmanned Ground Vehicle) según sus siglas en inglés, permiten su programación para la automatización de funciones específicas y el agregado de diversos equipamientos y tecnologías, posibilitando variadas configuraciones dependiendo del trabajo a realizar.
Desde TEC entrevistamos a Sebastián Mirich, director ejecutivo de American Robotics, quien relató cómo comenzaron a desarrollar los vehículos y cuál es el camino por el que guía a la compañía hacia el objetivo de convertirse en la mayor fabricante de este tipo de tecnología a nivel mundial: “Los vehículos no tripulados que van a ver hoy son de uso militar y los fabrican los ejércitos de Estados Unidos, China, Rusia, Israel y Alemania para su propio uso. Y por supuesto que no los venden. Nosotros estamos planteando estas unidades para un uso civil y -si bien tenemos una arista militar- queremos convertirnos en los referentes de los vigiladores electrónicos, poner una amplia gama de equipos con funciones de seguridad avanzadas en alquiler y exportarlos como un servicio”, describió Mirich y concluyó: “No hay en Latinoamérica ninguna otra empresa que fabrique vehículos no tripulados tanto para uso civil como para uso militar”.
Antes de fundar “AR Robotics” (como también se conoce a la compañía) Mirich explicó que comenzaron hace mucho tiempo con una empresa que se dedica a la seguridad electrónica “trabajando con integración de tecnologías colaborando con grandes compañías del sector privado y también con el Estado, a través del trabajo con fuerzas de seguridad y militares, por lo que empezamos a hacer integraciones que salían de lo común”. “En reunión con uno de nuestros clientes nos mencionaron que tenían que salir de a dos o tres personas a hacer rondas por el perímetro de sus predios, luego de haber vivido episodios de inseguridad al patrullar solos, entonces ahí se me ocurrió diseñar una solución fabricando un vehículo autónomo para seguridad y defensa, por lo que incorporamos ingenieros y separamos la unidad de negocios conformando una nueva empresa, iniciando las etapas de investigación y desarrollo y la fabricación de un prototipo”, completó Mirich.
Capacidad científica y tecnológica argentina detrás de los desarrollos
Respecto a cómo encararon las etapas de I+D, Mirich relató: “Primero nos vinculamos con el COCOANTAR (Comando Conjunto Antártico) a través de la Dirección General de Investigación y Desarrollo de la Armada Argentina (DGID) y nos pusimos a desarrollar un modelo a pedido para la Antártida. La misma gente de la DGID nos pidió que involucremos al CONICET porque en su momento querían colocar en la unidad un brazo robótico. Ahí nos vincularon con un grupo del Instituto de Automática (INAUT) dependiente de la Universidad Nacional de San Juan y el CONICET, encabezado por el doctor en ingeniería Emanuel Slawiñski”. A partir de esa experiencia, y teniendo en cuenta las grandes capacidades del equipo científico, se establecieron colaboraciones permanentes en temas específicos. “Entonces, empezamos a desarrollar un software de navegación autónoma con nuestros propios algoritmos de comportamiento, para lo que el equipo del INAUT está muy adelantado, trabajando hace mucho tiempo, y son de los mejores no solo de Latinoamérica, sino también a nivel mundial en este tipo de tecnología”, reveló Mirich.
Vehículos multifuncionales a demanda
En la actualidad, la empresa fabrica tres modelos de UGV: Fox (Zorro), Mule (Mula) y Bull (Toro).
El Fox es un vehículo todoterreno destinado a usos generales, rurales e industriales. Su funcionalidad puede ser programada para el desempeño de funciones específicas o, a través de una interfaz con inteligencia artificial, la unidad puede llevar adelante tareas de manera autónoma. Por ejemplo, en barrios privados, campos o predios industriales el vehículo puede patrullar y recorrer perímetros y emitir alertas ante la detección de alambrados rotos o silo bolsas dañadas, o en entornos industriales puede verificar el correcto funcionamiento de maquinarias o el cumplimiento de los estándares de seguridad por parte de los operarios. Este vehículo fue el primero diseñado por la compañía para ser utilizado en la Antártida como unidad de apoyo para actividades científicas. Concretamente, en la exploración de glaciares, la unidad brinda mayor seguridad al personal por su capacidad para detectar grietas potencialmente mortales. También puede utilizar la inteligencia artificial para el conteo de colonias de pingüinos y otras especies faunísticas.
El Mule es un modelo multipropósito todoterreno orientado hacia el sector de la seguridad y la defensa que puede automatizarse o ser controlado a distancia. Su configuración original le permite desempeñar roles logísticos y de aprovisionamiento -cargando hasta 2000 kg-, pero su plataforma es tan versátil y adaptable que también puede ser equipada con brazos robóticos para la toma de muestras, con armamento, o para ser utilizado como torre de telecomunicaciones, barreminas o abre brechas e incluso como unidad para combatir incendios o de búsqueda y rescate. A su vez, el modelo puede funcionar a partir de sus baterías de manera completamente silenciosa y activar un motor diésel para su recarga y continua operación. También permite su manejo subacuático en profundidades de hasta 1 metro en condiciones normales, o hasta 1,40 metros con un accesorio tipo snorkel.
El modelo Bull es la creación más reciente de la compañía y se presenta en dos versiones de tracción todoterreno: con oruga o con 6 ruedas (actualmente en desarrollo). Está orientado a actividades de exploración y reconocimiento y posee grandes capacidades de recolección de información en territorio y una robusta interfaz para la transmisión de grandes volúmenes de datos de forma encriptada y en tiempo real. Puede cargar hasta 500 kg y ser aerotransportado. Las unidades pueden ser controladas de forma manual o automatizada y dotadas con múltiples tipos de dispositivos y diversos accesorios dependiendo de las funciones a desempeñar. Por ejemplo, su configuración puede incluir sensores para detectar y medir emisiones de gases, calidad del aire, temperatura y humedad. También puede ser equipado con brazos robóticos para la manipulación de artefactos explosivos sin detonar o con un carro suplementario con accesorios para tareas de rescate.
Mirich aseguró que la empresa se encuentra en pleno proceso de expansión de su planta, la cual prevé ocupar unos 5000 metros cuadrados: “Estamos haciendo adecuaciones, armando la parte operativa y de ensamblaje para funcionar como una línea de producción. Una vez terminada, la planta nos permitirá construir alrededor de 300 vehículos por año”. Paralelamente, para acelerar la puesta a punto de esta infraestructura, Mirich contó que se encuentran trabajando con el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto “que nos está ayudando a conseguir inversiones internacionales a través de la ejecución de un plan comercial para salir a vender al mundo” y agregó: “En marzo estuvimos en Emiratos Árabes, junto al presidente del CONICET, Daniel Salamone, visitando diversas organizaciones gubernamentales y privadas y generando vínculos. El próximo viaje está previsto a Arabia Saudita y también vamos a comenzar una gira por México, Brasil y Paraguay para encontrar nichos estratégicos donde poder comercializar nuestros vehículos y así conseguir más inversiones”.
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Próximas implementaciones y planes a futuro
El director ejecutivo de American Robotics comentó cuáles son los desarrollos en los que se encuentran trabajando: “Queremos poder hablar con los robots, como si fuera el ChatGPT, y que nos entiendan, para poder explicarles directamente cómo hacer la función de ronda o la tarea que tengan que realizar. Para eso estamos trabajando en el reconocimiento de entornos y de comandos y órdenes por voz. Todo esto después lo vamos a integrar al software pero es un proceso y un propósito a largo plazo. Como objetivo nos fijamos de acá a un año que este desarrollo esté implementado, dependiendo de las inversiones que podamos llegar a conseguir”, indicó Mirich.
Respecto a los planes hacia el futuro, Mirich reveló que “el paso siguiente es conseguir financiamiento externo para integrar un equipo de desarrolladores e investigadores y terminar la planta para fabricar a escala”, y añadió: “A partir de que tengamos construidos nuestros primeros 1000 robots, calculamos que podremos generar ingresos por alquileres de equipos y -en menor medida- por ventas de alrededor de 100 millones de dólares al año”. “Nuestro objetivo final es alcanzar una meta de fabricación de 2000 vehículos por año y por eso estamos desarrollando el mercado, dando a conocer los productos y generando interés. Ya tuvimos reuniones con empresas de primera línea y compañías internacionales que se dedican a seguridad física y estamos negociando para poder comenzar a fabricarles vehículos”, concluyó Mirich.
Más información sobre American Robotics
La empresa entrerriana, que cuenta actualmente con una dotación de 25 empleados, entre ingenieros e investigadores, trabajando en su planta en Gualeguaychú, posee un sitio web accesible en https://a-robotics.com/es y tiene presencia en redes sociales, en Instagram como @americanrobotics y en LinkedIn como AR Robotics.