La primera frase escrita de uno de los más antiguos alfabetos aparece en un peine para piojos

Por Agencia EFE para SINC

Arqueólogos de Israel han desenterrado un diminuto peine de marfil de hace 3700 años con un mensaje grabado en lengua cananea: “Que este colmillo acabe con los piojos del cabello y la barba”. Según sus descubridores, “se trata de un hito en la historia de la capacidad humana de escribir”.

Los cananeos, habitantes de la región y civilización de Canaán (localizada entre el mar Mediterráneo y el río Jordán), inventaron uno de los primeros alfabetos que se conocen hacia el 1800 a. C., pero hasta ahora no se habían descubierto inscripciones muy significativas.

El pasado noviembre, sin embargo, un grupo de arqueólogos israelíes informa en el Jerusalem Journal of Archaeology del hallazgo de un pequeño peine de marfil del 1700 a. C. donde aparece escrita la primera frase completa conocida en cananeo. Su texto hace referencia a la función del objeto: “Que este colmillo acabe con los piojos del cabello y la barba”.

Aunque este peine fue encontrado en 2017 en el yacimiento de Tel Lachish (Israel), las letras grabadas se han identificado durante un procesamiento posterior realizado este mismo año, según detalla el estudio. 

El descubrimiento lo hizo un equipo liderado desde la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU) y el texto lo descifró el epigrafista semítico Daniel Vainstub de la Universidad Ben Gurion.

Imagen del peine de marfil con la inscripción en cananeo: “Que este colmillo acabe con los piojos del cabello y la barba”. / EFE/Dafna Gazit, Israel Antiquities Authority

La inscripción es una prueba directa del uso del alfabeto en las actividades cotidianas hace unos 3700 años y «se trata de un hito en la historia de la capacidad humana de escribir», señala otro de los firmantes, Yosef Garfinkel, de la HU.

El peine mide unos 3,5 por 2,5 centímetros y las bases de las púas son visibles en ambos extremos, pero estas se rompieron en la antigüedad. La parte central está algo erosionada, posiblemente por la presión de los dedos al sujetarlo durante el cuidado del cabello o la eliminación de los piojos de la cabeza o la barba.

17 letras y siete palabras

En este utensilio de marfil hay 17 letras cananeas, que forman siete palabras que hoy se pueden traducir con la frase «Que este colmillo acabe con los piojos del pelo y de la barba», grabadas de forma superficial y escritas en forma arcaica, de la primera etapa de la invención de la escritura alfabética.

Dibujo de la inscripción en el peine para piojos. / Daniel Vainstub et al./Jerusalem Journal of Archaeology

La habilidad del grabador para ejecutar con éxito unas letras tan diminutas (de 1 a 3 milímetros de ancho) es un hecho que, a partir de ahora, debería tenerse en cuenta en cualquier intento de resumir y sacar conclusiones sobre la alfabetización en Canaán en la Edad del Bronce, destacan los autores.

La inscripción tiene características “muy especiales, algunas de las cuales son únicas y llenan vacíos y lagunas en nuestro conocimiento de muchos aspectos de la cultura cananea”, apuntan los investigadores, y destacan que, por primera vez, se dispone de una frase verbal completa escrita en el dialecto que hablaban los habitantes cananeos de la antigua ciudad de Lachish.

Peine de 14 y 6 puas

El peine tenía en uno de sus lados seis púas gruesas para desenredar los nudos del cabello y por el otro catorce finas, que se utilizaban para eliminar piojos y liendres.

Respecto al marfil, era un material muy caro, por lo que probablemente fue un objeto de lujo importado, quizás desde el cercano Egipto, lo que indica que incluso la gente de alto nivel social sufría de piojos.

La inscripción arroja luz sobre algunos aspectos de la vida cotidiana de la época, hasta ahora poco atestiguados, y es el primer descubrimiento en la región de una inscripción que hace referencia a la finalidad del objeto en el que fue escrita, a diferencia de otras grabaciones escritas de dedicación o propiedad en los objetos.

Los investigadores también analizaron el peine para detectar la presencia de piojos y encontraron restos de 0,5 a 0,6 milímetros. Las condiciones climáticas de Lachish no permitieron conservar los insectos enteros, sino solo la membrana externa de la fase de liendre.

Yacimiento de Tel Lachish (Israel). / Oren Rozen

Fuente: SINC.

La ciencia en cuatro patas: perros protagonistas de algunos hitos y avances científicos

POR María Ximena Perez para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

En la historia de la ciencia fueron un pilar para el desarrollo de la humanidad. La nobleza de una especie que se volvió la mejor amiga del hombre.

Un último lengüetazo de agua y la cabina se cerró. Afuera, una explosión cilíndrica iluminó el cosmos, mientras la pequeña cosmonauta ascendía más allá de la estratósfera. Se llamaba Laika y fue el primer ser vivo en orbitar la tierra y uno de los perros más famosos del mundo. 

Laika, la heroína: sentó las bases para que el ser humano también llegara al espacio. Crédito: Cuantarazon.

En la historia de la ciencia, el mejor amigo del hombre fue un pilar en los avances de la humanidad. Las razones por las que ganaron notoriedad son diversas. Algunos fueron héroes anónimos cuyas hazañas se conocieron y difundieron. Otros salvaron vidas o dieron ejemplo de gratitud y valentía. Todos demostraron una lealtad incondicional y un gran amor por los seres humanos. 

La misión espacial de Laika

Laika fue el primer ser vivo enviado al espacio, en 1957, a bordo del Sputnik 2, cuando los soviéticos la lanzaron en la cápsula espacial. Pasó de ser una perra callejera, a convertirse en una perra astronauta tras dos meses de entrenamiento. No sobrevivió, pero su sacrificio sirvió para comprobar que los soviéticos sí podían enviar seres vivientes al espacio exterior. Por eso, en 1960, el Sputnik-5 fue lanzado con una tripulación integrada por un conejo, ratones, ratas y Belka y Strelka, dos perritas, también callejeras, que regresaron sanas y salvas, no presentaron afectaciones por el viaje e incluso tuvieron descendientes. El hecho de que hayan retornado sanas sirvió para asegurar el viaje del astronauta ruso Yuri Gagarin.

Los perros de Pávlov y los reflejos condicionados

Iván Pávlov fue un científico ruso, que recibió el premio Nobel de Fisiología y Medicina a principios del siglo XX. Entre sus experimentos, realizó uno con perros como protagonistas: consistía en asociar la respuesta fisiológica de salivación, consecuencia de la presentación de un estímulo concreto (comida), a la aparición de un estímulo neutro (el sonido de una campana).

Para ello, expuso a varios perros callejeros a un plato de comida, lo que les producía la respuesta fisiológica involuntaria de salivar. Pávlov observó que estos animales salivaban al ver la comida, una reacción producida por un estímulo directo. Más tarde, llegaría a la conclusión de que los perros también salivaban simplemente al ver al asistente que normalmente les traía la comida.

Iván Pávlov fue un fisiólogo ruso, celebre por haber formulado el condicionamiento clásico. Créditos: https://puroscuentos.blog/

Se propuso, entonces, condicionar el reflejo natural de la salivación mediante la introducción de un estímulo neutro. Pavlov hacía sonar un metrónomo antes de alimentar a los perros y, después de varias repeticiones, los perros salivaban por asociación, simplemente al oír el metrónomo, sin necesidad de ofrecerles comida. Demostró, así, la existencia de los reflejos condicionados. El investigador realizó otros experimentos de psicología del comportamiento y fisiología con sus perros, lo cual le valió el premio Nobel de Medicina en 1904

Hola, Trouve

La historia del teléfono comienza con el perro de la raza Terrier perteneciente a Alexander Graham Bell. El perro de Bell respondía al nombre de Trouve y fue famoso porque ayudó al científico a desarrollar su primera “máquina de hablar” (la precursora del teléfono).

Bell entrenó a su can para apretar su mandíbula cada vez que ladraba, de tal forma que los sonidos que emitiera se confundieran con una voz humana. Con mucho trabajo de por medio, logró que el can ladrara algo parecido a las palabras «How are you, grandma?» (¿Cómo estás, abuela?). El experimento dio resultado.

Marjorie, la diabetes y la insulina

Los estudiantes de medicina Frederick Banting y Charles Best descubrieron la insulina en 1921. El 6 de agosto de ese año, fue una perra llamada Marjorie el primer animal diabético del mundo que recibió extracto de páncreas o insulina en su estado más primitivo, con alentadores resultados: su nivel de glucosa en sangre bajó, y parecía más saludable y más fuerte.

A las pocas semanas, Marjorie tuvo que ser sacrificada, debido a complicaciones relacionadas con el mal filtrado de la hasta entonces poco conocida insulina. El 11 de enero de 1922, Leonard Thompson, de 14 años y diabético desde los 12, recibió una inyección de extracto de páncreas, una versión purificada para eliminar contaminantes tóxicos, y se logró una mejoría sorprendente.

Togo y Balto, valientes y solidarios

Gracias a un largo viaje, los perros siberianos Togo y Balto lograron salvar las vidas de muchas personas. En 1925, una epidemia de difteria atacó al pueblo de Nome, en Alaska, y puso en peligro la vida de sus habitantes. Para evitar que pasara a mayores, varios grupos de 20 perros debieron recorrer, guiados por sus dueños, diferentes zonas de Alaska para irse pasando la única cura disponible y llevarla de regreso al poblado. Aunque era débil, Togo logró correr el trayecto entero.

El perro Togo junto a Leonhard Seppala, criador y entrenador estadounidense. Créditos: https://www.togoybalto.com/

Balto estuvo presente en la misma carrera que Togo, pero solo corrió el último cuarto del trayecto. Aún así, es uno de los perros más famosos de la ciencia y suele ser muy recordado por su logro, pues él llegó en el grupo final con los medicamentos.

La perra Tasha y la revolución del ADN

A principios del siglo XXI se secuenció el genoma completo de Tasha, un perro de raza bóxer, lo que supuso el primer genoma completo de la especie. Los investigadores explicaron que el perro tiene 20 mil genes, algo menos que el hombre. El equipo descifró unos 2.400 millones de nucleótidos de ADN en los 39 cromosomas de Tasha. En ese sentido, comparado con el genoma humano y otros organismos, el del perro es una gran ayuda para identificar factores genéticos para la salud del hombre.

Con todo, estos y otros tantos perros más, dejaron una huella en la humanidad que, después de muchos años, aún permanece inalterable.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ

¿El sol es un enemigo de nuestra salud?

Por Daniel González Maglio* para Farmacia y Bioquímica en Foco.
Exponernos al sol puede resultarnos placentero ya sea por buscar calor en el invierno o por relajarnos en una playa en verano. En cierta medida, esta exposición ayuda a mantener niveles adecuados de vitamina D. Pero la exposición descuidada a los rayos solares lleva al desarrollo de distintos tipos de enfermedades de la piel, en particular al desarrollo de cáncer. ¿Existen beneficios para nuestra salud más allá de la síntesis de vitamina D? ¿Existen peligros más inmediatos que el desarrollo de tumores de piel? Las respuestas a estas preguntas, así como algunos otros comentarios son el centro de este artículo.

Cuando empecé a pensar este artículo, no pude evitar remontarme a mi niñez. Recuerdo a mi madre mandándome a jugar un rato en el patio, los días de invierno que estaban despejados. Jugar un rato al sol “nos hacía bien” a mis hermanos y a mí. También desde esos días disfruté mucho de la playa, cuando las circunstancias económicas nos permitían vacaciones. Todavía hoy disfruto mucho de las dos cosas: un día soleado de invierno y unas vacaciones en el mar. Pero ¿qué ocurre exactamente cuando nos exponemos al sol? ¿Es bueno o malo hacerlo? Hoy, como científico especializado en los efectos de las radiaciones solares sobre la piel, y en particular sobre el sistema inmune, puedo aproximar algunas respuestas.

Como estudiamos en algún momento, el sol es esencial para la vida en nuestro planeta. Pero no sólo por ser la fuente de energía que utilizan las plantas para fabricar compuestos orgánicos a partir de gases, agua y energía, transformándose en el primer eslabón de la cadena alimenticia. Los rayos solares que llegan a nuestro planeta también aportan luz, que nos permite ver, y calor, que mantiene las condiciones de vida tal como la conocemos (la temperatura media de nuestro planeta es de 15 °C comparada con los 480 °C de Venus y los 60 °C bajo cero de Marte, los dos planetas más cercanos de nuestro sistema).

Créditos: Farmacia y Bioquímica en foco

Luz y calor son parte de los rayos solares, que están compuestos por distintos tipos de radiaciones, que incluyen la luz visible, la radiación infrarroja (responsable del calor de la radiación solar) y la ultravioleta (invisible para nuestros ojos). No es la intención de este artículo profundizar en la explicación de la composición de la radiación solar (uno de los motivos es mi propio desconocimiento del área), si no explicar los efectos que tienen estas radiaciones sobre nuestro cuerpo y nuestra salud.

Los seres humanos nos encontramos expuestos a la radiación solar según la ubicación geográfica en la que habitamos, la estación del año en la que nos encontramos y la profesión u ocupación que tengamos. De esta forma, podemos estar expuestos a estos rayos de forma intermitente o permanente. Pero ¿qué efectos tiene la exposición de la piel a estas radiaciones? ¿Qué cambios produce en las células de la piel? ¿La piel es el único órgano afectado por esta exposición?

El efecto benéfico mejor conocido de la exposición al sol es la síntesis de vitamina D en la piel, que depende de un paso de “fotoisomerización”, una transformación de un compuesto presente en la piel por acción de la radiación solar. El producto de esa transformación es la 25-hidroxivitamina D que se genera en el hígado, es inactiva y tiene que ser transportada por la sangre hacia el riñón, donde sufre otras transformaciones que la convierten en 1, 25-dihidroxivitamina D, que es la forma más activa.

La vitamina D es fundamental para la correcta formación y el mantenimiento de la salud de nuestro sistema óseo, entre otras funciones. Entonces, podríamos pensar que exponernos al sol es bueno y necesario. Pero ¡cuidado! Los niveles de exposición necesarios para la síntesis de esta vitamina son bajos y la exposición en exceso hace que la pro-vitamina D se siga transformando, pero esta vez en compuestos inactivos. Es decir que con un poco sol, alcanza.

Foto: Kampus Production/Pexels

¿Y qué pasa cuando nos exponemos durante mucho tiempo al sol? Quizás el efecto nocivo más conocido de la exposición al sol sea el desarrollo de cáncer de piel. Este grupo de patologías se origina en la transformación maligna de las células de la piel, y es la radiación solar la responsable de esa transformación debido a que afecta el ADN de estas células, llevando a mutaciones. Las células afectadas son las de la capa más externa de la piel, llamada epidermis. En esta capa hay muchos tipos de células distintos, pero los más importantes son los queratinocitos (las células más abundantes, alrededor del 95% de las células de la epidermis) y los melanocitos (células productoras de melanina, el pigmento natural que da color a la piel).

La transformación maligna de los queratinocitos originará carcinomas basocelulares o carcinomas espinocelulares, mientras que la de los melanocitos originará melanomas. Estos tipos de tumores tienen distinto grado de agresividad y los tratamientos para cada uno pueden ser muy diferentes.

La radiación solar produce sus efectos sobre melanocitos y queratinocitos fundamental, pero no exclusivamente, a través de la radiación ultravioleta (o UV). Esta radiación promueve cambios severos en las células de la piel que están expuestas. Afortunadamente, la radiación UV tiene una baja capacidad de penetración y no puede llegar más allá de las capas superficiales de la piel, donde se concentran sus efectos biológicos. Estos incluyen alteraciones en el ADN de queratinocitos y melanocitos expuestos (como se mencionó) y también un aumento en la concentración de moléculas oxidantes (las llamadas especies reactivas del oxígeno) que también generan daño en las células. El daño al ADN se produce al azar, y puede originar células que pierden la capacidad de controlar su crecimiento. Estas células de crecimiento descontrolado son las responsables de originar los tumores, con todas sus consecuencias nocivas para la salud.

Pero siendo un investigador especializado en el área de la Inmunología, es decir, en el funcionamiento del sistema inmune, ¿qué hago estudiando los efectos del sol sobre la piel? ¿Acaso la exposición al sol afecta al sistema inmune? La respuesta es sí. Hace alrededor de 40 años se descubrió que al exponer nuestra piel a la radiación UV el sistema inmune se debilita. Este fenómeno se denomina inmunosupresión inducida por radiación UV y es el efecto que nos llevó a iniciar en nuestro laboratorio estudios relacionados con la capacidad de esta radiación de modular la respuesta inmune.

En los últimos años demostramos que los efectos de dosis bajas de radiación UV producen cambios leves en la piel, que incluyen un fortalecimiento de su capacidad de respuesta frente a estímulos nocivos, por un aumento de moléculas antimicrobianas; e incluso, incrementan la generación de anticuerpos contra agentes extraños (usamos la vacuna antitetánica como modelo).

Por otro lado, la exposición a dosis altas de radiación UV produce una gran respuesta inflamatoria en la piel que se prolonga en el tiempo durante varios días, debilitando la función de barrera de este órgano. Además, la producción de anticuerpos contra la vacuna antitetánica se ve disminuida. Por lo tanto, demostramos que las distintas formas de exposición (dosis bajas vs. dosis altas) tienen efectos bien diferenciales tanto en la piel como en la respuesta inmune sistémica.

A partir de estos resultados, pensamos que estas dos formas de exposición a radiación UV podían condicionar a la piel a sufrir infecciones bacterianas, como las producidas por estafilococos. Para estudiar esta idea expusimos animales a los dos tipos de exposición UV y, posteriormente, los infectamos en la piel con la bacteria Staphylococcus aureus. Para nuestra gran sorpresa las dosis bajas, que promovían un estado de mayor preparación defensiva de la piel, llevaron a infecciones más severas, con diseminación de la bacteria a órganos internos, como el bazo y los pulmones.

Por otro lado, la exposición a dosis altas no afectó significativamente la respuesta inmune contra esta bacteria. Actualmente mantenemos una línea de trabajo sobre los efectos de la exposición a radiación UV en infecciones cutáneas por Staphylococcus aureus, ya que aún falta mucho por entender de esta interacción.

Otra de las líneas de investigación de nuestro laboratorio explora la relación entre la inmunosupresión inducida por exposición crónica a radiación UV y el desarrollo de tumores de piel. En esta línea de trabajo demostramos que, si a lo largo de la irradiación crónica se produce una “modulación positiva” de la respuesta inmune, se puede evitar en parte el desarrollo tumoral. Para realizar esta modulación positiva utilizamos una molécula aislada de un probiótico (ácido lipoteicoico de Lactobacillus rhamnosus GG) administrada por vía oral. Con este tratamiento, logramos que los animales irradiados desarrollaran menos tumores que los animales control y que el desarrollo de estos tumores se retrasara en el tiempo.

Imagen: Coolvector/Freepik

Posteriormente, estudiamos este efecto en mayor detalle y pudimos demostrar que la administración oral de esta molécula restablece funciones del sistema inmune en la piel que se encuentran alteradas luego de la exposición a radiación UV. De esta forma, podemos pensar que es posible protegernos en parte del efecto nocivo de la radiación UV mediante la utilización de alimentos funcionales.

Por último, aunque con menos resultados concluyentes, también estudiamos los posibles efectos de la radiación UV sobre la respuesta a distintos tipos de vacunas, con la hipótesis de que la inmunosupresión producida por esta radiación podría estar condicionando las respuestas protectivas generadas por las vacunas (observado para la vacuna antitetánica, como mencioné antes). En caso de demostrarse esta hipótesis, será necesario considerar evitar la exposición solar en momentos cercanos a la vacunación.

Finalmente, conviene destacar que la forma más segura de no sufrir los efectos nocivos del sol es cuidarnos en las exposiciones. Para esto, es muy importante seguir las recomendaciones sugeridas por profesionales médicos: no exponerse en verano en horas de cercanas al mediodía, tener en cuenta el índice UV, nunca estar expuesto sin protección solar adecuada (ropa, lentes y protector solar), aprovechar las sombras y evitar exposiciones por tiempo prolongado.

(*) El Dr. Daniel González Maglio es profesor adjunto de la Cátedra de Inmunología (Facultad de Farmacia y Bioquímica – UBA) e investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU).

Fuente: Farmacia y Bioquímica en foco.