Un continente de plástico en el océano pacífico: seis países son responsables de su formación y crecimiento

La cantidad de residuos que forman la mancha de basura del océano Pacífico podrían alcanzar las 80.000 toneladas.

Descubierta en 1997 por el oceanógrafo y navegante Charles J. Moore, se extiende en más de 1.600.000 kilómetros cuadrados la “mancha de basura del océano Pacífico” (Pacific Ocean Garbage Patch). Impulsada por un giro oceánico -un gran sistema de corrientes marinas rotativas producido por el movimiento de rotación terrestre- cada segundo, minuto y día que pasa, esta mancha crece más y más, incorporando desechos y conformando un verdadero continente de plástico en medio del océano Pacífico norte. Sin embargo, este continente fuera de lo común no es una masa. Es como una sopa gigante, un revoltijo de pequeños fragmentos de plástico dispersos a varias profundidades. 

“Mientras contemplaba desde la cubierta de mi barco la superficie de lo que debería ser un océano prístino, me enfrenté, hasta donde me alcanzaba la vista, con un paisaje de plástico. Parecía increíble, pero nunca encontré un lugar claro. En la semana que tardamos en cruzar el océano desde Hawaii hasta Los Ángeles, sin importar a qué hora del día mirara, los desechos de plástico flotaban por todas partes”.  Charles J. Moore.

Ante este escenario, un grupo de investigación del Ocean Cleanup Project y de la Universidad de Wageningen de los Países Bajos, realizaron un estudio y descubrieron que el 90% de los desechos plásticos de la mancha de basura del océano Pacífico provienen de solo seis países. Comenzaron su investigación analizando más de 6.000 piezas en las que buscaron palabras impresas, símbolos, logotipos o cualquier indicio de proveniencia del desecho. A pesar de que alrededor de un tercio de los residuos no arrojaron signos claros sobre su procedencia, el resto pudo clasificarse de la siguiente manera: un 33,6% provenientes de Japón, un 33,3% de China, un 9,9% de Corea del Sur, un 6,5% de Estados Unidos, un 5,6% de Taiwan y un 4,7% de Canadá. Esto significa que estos seis países podrían ser responsables de más del 93% del total identificable.

La concentración de plástico por cada kilómetro cuadrado se puede representar en 4 niveles: el primero de 100 gramos, el segundo de 1 kilo, el tercer de 10 kilos y el cuarto de 100 kilos.

Respecto a los objetos más identificados la investigación arrojó que un 26% son equipamientos de pesca comercial como boyas o flotadores de gran tamaño. El mayor problema es que estos desechos se degradan por efecto del sol y de las corrientes y de manera progresiva liberan microplásticos. Estas pequeñas partículas son confundidas por la fauna marina con el plancton que compone su dieta, por lo que al ingerirlos pueden producirles asfixia. También pueden obstruir la luz solar necesaria para que ciertas plantas marinas se desarrollen con normalidad por lo que no solo la fauna sino la flora marinas están cada vez más amenazadas.       

Fuente: Meteored

Sábado 23/9 a la medianoche | ¡Cine en el C3!

El próximo sábado 23 de septiembre celebramos una nueva edición de La Noche de los Museos y como parte de la programación especial del Centro Cultural de la Ciencia – C3 (Godoy Cruz 2270, CABA), presentaremos a la medianoche en el auditorio y en pantalla gigante -con entrada libre y gratuita– nuestro último documental coproducido junto a la Dirección de Comunicación y Prensa
del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

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La mitad de los arrecifes de coral del mundo estarán en malas condiciones en 2035

Por SINC.

La crisis climática aboca, en tan solo una docena de años, a que el 50 % de estos arrecifes se enfrenten permanentemente a condiciones inadecuadas. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hawái (EE UU).

La capacidad de los ecosistemas para adaptarse a los cambios de su entorno depende en gran medida del tipo y el impacto de factores de estrés ambiental. Los arrecifes de coral, en particular, son sensibles a estas condiciones y su adaptación es motivo de debate científico.

Un equipo de investigadores, liderados por la Universidad de Hawái (EE UU), ha diseñado un experimento denominado CMIP5 para calcular modelos globales destinados a mejorar el conocimiento del cambio climático. Gracias a él examinaron las proyecciones globales de cinco factores de estrés ambiental que incluían: la temperatura de la superficie del mar, la acidificación de los océanos, las tormentas tropicales, el uso de la tierra y las proyecciones de la población humana.

«Aunque los impactos negativos del cambio climático en los arrecifes de coral son bien conocidos, esta investigación muestra que en realidad son peores de lo previsto debido a una amplia combinación de factores de estrés inducidos por el cambio climático», asegura Renee Setter, autora principal del trabajo y estudiante de doctorado de la universidad americana.

Arrecife de coral. / Renee Setter

El trabajo tuvo en cuenta datos del pasado y las proyecciones hasta el año 2100. «Fue esclarecedor descubrir que los corales se enfrentarían a múltiples factores de estrés, lo que supone un obstáculo y un reto aún mayor que habría que superar para aumentar las posibilidades de supervivencia», continúa Setter.

Aumento de temperatura del mar y olas de calor

Según sus resultados, en un escenario sin cambios, en el año 2050 se prevé que las condiciones ambientales serán poco adecuadas para los arrecifes de coral del mundo, si se considera un solo factor de estrés. Cuando se tienen en cuenta múltiples factores, la fecha desciende a 2035.

Asimismo, se prevé que para 2055 la mayoría de los arrecifes de coral del mundo (el 99 %) se enfrentarán a condiciones inadecuadas en función de al menos uno de los cinco factores de estudiados. Para 2100, de hecho, se prevé que el 93 % de estas estructuras subacuáticas se verán amenazadas por dos o más de los factores de estrés.

Arrecife de coral dañado. / Renee Setter

«Sabemos que los corales son vulnerables al aumento de las temperaturas de la superficie del mar y a las olas de calor marinas debidas por el calentamiento global. Es importante incluir el impacto antropogénico completo y el estrés que soportan para tener conocer mejor los riesgos generales de estos ecosistemas», añade Erik Franklin, coautor del estudio en la misma universidad. «Esto tiene grandes implicaciones para nuestros arrecifes locales de Hawái, que son clave para la biodiversidad, la cultura, la pesca y el turismo locales», enfatiza.

El equipo de investigación se prepara ahora para entrar en la siguiente fase de su trabajo: analizar más detenidamente cómo se prevé que el cambio climático afecte a las distintas especies de coral. Al identificar cuáles tienen más probabilidades de sobrevivir a estas condiciones adversas o las más vulnerables, esperan identificar las especies más expuestas.

Referencia: Setter RO el al. “Co-occurring anthropogenic stressors reduce the timeframe of environmental viability for the world’s coral reefs”PLoS Biol, 2022

 
Fuente: SINC.