Big Bang: Argentina intentará revelar qué sucedió hace 14 mil millones de años

POR Nicolás Retamar para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

En Salta, a casi cinco mil metros del nivel del mar, el ministro Daniel Filmus inauguró el telescopio QUBIC de cosmología experimental.

El miércoles 23 de noviembre, a las 11 de la mañana, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, inauguró el telescopio QUBIC en Altos Chorrillos, provincia de Salta, a 4900 metros sobre el nivel del mar. QUBIC es un proyecto internacional de cosmología experimental que busca dar respuesta a una pregunta clave en el mundo de la ciencia: ¿Qué pasó en esas primeras fracciones de segundo después del Big Bang? En términos técnicos, el telescopio será capaz de medir la polarización de la radiación de fondo cósmico de microondas, es decir, mensurar la oscilación de la luz en busca de vestigios de las ondas gravitacionales primordiales, que ocurrieron hace 13.800 millones de años.

QUBIC está conformado por instituciones y universidades de Argentina, Francia, Italia, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos, que incluye a más de 130 investigadores e investigadoras. Si bien existen otros desarrollos similares, la particularidad de este telescopio es que se trata de un interferómetro-bolométrico, cuya característica principal es la gran sensibilidad y el alto nivel de control de los errores sistemáticos instrumentales que se logra con la combinación de estas dos técnicas. Estas referencias lo transforman en el mejor equipo construido para dar certezas a las hipótesis existentes.

A la derecha el telescopio y a la izquierda el lugar donde fue instalado para su funcionamiento. Créditos: Beatriz García / qubic.org.ar

Sin embargo, el concepto de aguante no se mantiene estático. Nuevas olas y nuevos tiempos intentan moldearlo con continuidades y rupturas. “Por un lado, se mantiene una estructura basada en entender a ciertos rivales como enemigos, a concebir la disputa entre hinchadas como una disputa de honor y de masculinidad donde aguantar es soportar todas las condiciones desfavorables que van desde el clima hasta una emboscada de una barra. Seguimos teniendo un fútbol profundamente machista, racista y xenófobo”, señala Nicolás Cabrera, sociólogo e investigador del Instituto de Antropología de Córdoba, especialista en temas vinculados a violencia y deporte.

Al mismo tiempo, Cabrera advierte que cambia la sociedad y esa cultura del aguante también se va modificando. “La irrupción de los feminismos ha sido una onda más que interesante para disputar estos sentidos que están lejos de modificarse sustancialmente pero se pueden ver cosas que empiezan a cambiar como la presencia de mujeres en la tribuna y la legitimación del fútbol femenino”.

Develar el misterio

El primer telescopio de QUBIC tiene características únicas y por ello carga consigo una gran responsabilidad: descifrar qué ocurrió en los primeros instantes del universo. De acuerdo a la comunidad científica, en ese momento ocurrió lo que se denomina inflación, que debe haber dejado sus huellas en la radiación de fondo cósmico en microondas (CMB, por sus siglas en inglés).

El equipo podría detectar pequeñas perturbaciones en el campo eléctrico de dicha radiación y otorgar pruebas concretas a esa pregunta que se hace la ciencia.

El instrumento

El telescopio está encerrado en una carcasa cilíndrica o criostato de 1,8m de alto y 1,6m de diámetro, que lo protege y mantiene a -269°C. Está abierto al cielo por una ventana de 45 centímetros de diámetro de polietileno rígido de alta densidad, transparente a la radiación de microondas que el experimento procura medir. El instrumento examina el espacio de forma detallada en dos frecuencias: 150 y 220GHz.

Además, registra dicha radiación con una novedosa técnica, híbrida entre dos métodos utilizadas en estudios de CMB, llamadas interferometría y bolometría, a través de un conjunto de 1024 fotodetectores, cuyas señales permiten analizar las características de la radiación en estudio. A su vez, QUBIC cuenta con sistema de refrigeración complejo porque los sensores bolométricos deben trabajar a temperaturas mucho más bajas (~300 mK) de la que tiene el propio telescopio.

El desarrollo de QUBIC comenzó en 2008 y su construcción se realizó en 2018. Créditos: Beatriz García / qubic.org.ar

Una de las cuestiones interesantes es que todos los países que forman parte del proyecto pusieron su parte para el desarrollo de QUBIC: en Francia se trabajó el diseño, la mecánica, la electrónica y la programación; en Italia, se elaboraron distintos componentes; en Irlanda se realizaron simulaciones ópticas; en Inglaterra se diseñaron otros componentes; y en Argentina se realizó la adecuación del sitio, la infraestructura y el diseño mecánico de la montura.

Ninguna casualidad

El primer instrumento del proyecto QUBIC estará ubicado a casi cinco mil metros sobre el nivel del mar en Altos Chorrillos, provincia de Salta. La elección del lugar no es casualidad: allí ya se encuentra el radiotelescopio denominado Large Latin American Millimetre Array (LLAMA), producto de la cooperación científica argentino-brasileña. Además de la accesibilidad y las comunicaciones desarrolladas para LLAMA, desde la perspectiva geográfica, la claridad del cielo, la temperatura, la velocidad del viento y la humedad relativa del aire en Altos Chorrillos es ideal para este tipo de investigaciones.

Allí funcionará QUBIC, en Altos Chorrillos, a casi 5000 metros sobre el nivel del mar. Créditos: Beatriz García / qubic.org.ar

Con la instalación del telescopio, el noroeste argentino se posiciona a la vanguardia de la investigación científica y se establece como un nuevo polo de investigación científica a nivel local, regional y global.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ 

Homo Deus, Harari y la religión

El escritor israelí Yuval Noah Harari reflexiona sobre el futuro de la humanidad en su libro “Homo Deus” tras el éxito de “Sapiens”.

El profesor de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Yuval Noah Harari, sorprendió al mundo literario con la publicación de “Homo Deus: Breve historia del mañana”, en la que se plantea dos cuestiones fundamentales: ¿qué es un humano? y ¿qué es la religión? En base a estas inquietudes, Harari reflexiona sobre lo que puede ocurrir de ahora en adelante. ¿Se puede decir algo nuevo sobre la historia de la humanidad? ¿Se puede decir algo sobre su futuro que la prospectiva científica o la ciencia-ficción no haya explorado ya? En su primer libro, “Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad” despliega una gran narrativa de lo que ha ocurrido hasta ahora. En este escrito intenta abordar la cuestión a futuro, lo que vendrá.

Cuadro de Jan van Eyck. Foto: Emmanuel Dunand

 

El escritor y profesor español, Jorge Wagensberg, analiza y profundiza las palabras de Harari al introducirnos en sus planteos existenciales. Un humano, describe, como cualquier animal, vive en un mundo de objetos físicos y de emociones. Un humano, como cualquier animal, tiene un lenguaje para comunicarse con su entorno. Sin embargo, el lenguaje humano es único en una cosa: sirve para crear ficciones, cosas que no están en los objetos ni de las emociones, como el dinero, los mitos, los dioses. ¿Y para qué sirven las ficciones? Pues nada menos que para cohesionar elásticamente un colectivo numeroso de individuos. Los leones, los chimpancés o los neandertales solo forman colectivos de pocos individuos porque el líder necesita invertir mucho tiempo y energía para actualizar su autoridad. Los insectos sociales sí pueden reunirse en colectivos homogéneos de millones de individuos, pero de una manera desesperadamente rígida. En cambio, un humano solo tiene que montar una buena ficción (un dios, una bandera o unos colores deportivos) para conseguir, cómodamente, una fuerte unidad colectiva, afirma Wagensberg. Por su mayor corpulencia y por su mayor cerebro, un neandertal superaba con creces a un sapiens en el combate uno a uno, pero este último lograba mantener unidos colectivos más numerosos gracias distintas habilidades. Según esta original teoría alternativa, el neandertal no desapareció por el cambio climático, sino por su incapacidad para contar mentiras.

De aquí, prosigue Wagensberg sobre el libro de Harari, surge una brillante definición de religión: todo conjunto de normas para la conducta humana garantizado por una autoridad suprahumana, lo cual a su vez puede lograrse de dos modos: por vía sobrenatural (una divinidad) o por vía natural (una ley de la naturaleza). La física cuántica no es una religión porque, aunque se basa en leyes naturales, de ella no se derivan juicios morales o reglas de convivencia. Y el ajedrez tampoco es una religión porque, aunque dicta reglas que regulan el comportamiento, estas son humanas y las podemos cambiar si hace falta. El gran mérito de esta definición extendida es que sirve para releer la historia de la humanidad de punta a punta: religión es el paganismo griego, religiones son los monoteísmos tradicionales, religión es el budismo (aunque no hable de dios), el estalinismo, el nazismo o el humanismo liberal. Los faraones dominaron el mundo con sus ficciones durante tres milenios, los papas con las suyas durante más de un milenio y el humanismo con las suyas durante dos o tres siglos. Las religiones teístas ofrecen un paquete compacto y completo de certezas para garantizar la cohesión colectiva y para calmar el ansia de inmortalidad individual. El mayor descubrimiento de la ciencia ha sido la ignorancia. Pero ha tolerado la emergencia de otros mitos. El crecimiento indefinido por ejemplo es una ficción de cualquier economía moderna que contradice descaradamente el segundo principio de la termodinámica.

La inmortalidad en el más aquí es el mito para una nueva religión. Un organismo vivo es un algoritmo y nada impide que este persista indefinidamente. Ni siquiera hace falta ya comprender la realidad. Todo son datos. Un buen sistema de información me conoce mejor desde fuera que yo a mí mismo desde dentro. El humanismo ha muerto, viva el dataísmo. Los datos predicen tormentas, recomiendan tratamientos médicos, la música que quiero escuchar, etcétera. Sobre la pregunta trascendental de Harari, Wagensberg la retoma: ¿se puede vivir sin religión? Quizá no, por definición de humano, por definición de religión, porque un colectivo humano sin ficciones quedaría inerme frente a cualquier otro que se invente un dogma con el que sus creyentes puedan reconocerse y cohesionarse.

Fuente: Diario El País

Cansat Argentina: ya se lanzaron los picosatélites diseñados por estudiantes de secundaria

POR Luciana Mazzini Puga para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

Los lanzamientos se realizaron en la central espacial de la CONAE, ubicada en Córdoba, a bordo de un cohete de 1,10 m de altura y 80 mm de diámetro. La Agencia de Noticias Científicas estuvo presente.

Este martes finalizó la competencia Cansat Argentina con el lanzamiento de los picosatélites (de tamaño chico) diseñados y puestos en funcionamiento por estudiantes de secundaria de Córdoba, Misiones, Formosa y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Realizados desde la central espacial de la Conae en Córdoba, los lanzamientos fueron a bordo de un cohete de la empresa SKYTEC de 1,10 m de altura y 80 mm de diámetro. El evento contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, y del director ejecutivo y técnico de la CONAE, Raúl Kulichevsky. La Agencia de Noticias Científicas de la UNQ fue testigo de este acontecimiento y trajo la experiencia a sus lectores y lectoras.

Cansat es una iniciativa internacional impulsada por varias agencias espaciales del mundo –entre ellas, la NASA de Estados Unidos y la ESA de Europa–, que propone a estudiantes de escuelas secundarias construir una carga útil del tamaño de una lata de gaseosa (de allí el término, CAN –lata– y SAT –satélite–) y lanzarlo en un cohete. Cansat Argentina propuso reproducir a escala el proceso de diseño, construcción, prueba, lanzamiento y operación de un dispositivo similar a un satélite. Esta fue la primera edición nacional que organizó la Conae, en conjunto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Los picosatélites Cansat fueron lanzados en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Conae en Córdoba. Créditos: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación

En diálogo con esta Agencia, Filmus afirmó que “un país que quiere tener un proyecto espacial y ha recuperado el proyecto satelital y el lanzador Tronador como lo ha hecho Argentina, necesita formar conciencia”. En ese sentido, el ministro contó que uno de los objetivos de la competencia Cansat es despertar vocaciones tempranas en los jóvenes “para que elijan carreras que permitan tener profesionales en un área compleja y de mucha competitividad internacional”.

Tecnología espacial, problemas locales

Los picosatélites Cansat fueron lanzados en un cohete y, una vez alcanzado su apogeo (hasta 300 m de altura), se desprendieron y comenzaron a cumplir sus misiones según cada caso. Allí, las y los estudiantes realizaron sus pruebas y mediciones, con el acompañamiento de profesionales de la Conae y la UTN.

Entrevistada por esta Agencia, la estudiante del equipo cordobés “ElectroSix”, Abril Carballo, cuenta que las funciones de su picosatélite son “censar presión, temperatura, dióxido y monóxido de carbono”. Esto responde a un problema ambiental que existe en su ciudad, Justiniano Posse: “es una zona industrial, donde tenemos basural y planta de reciclaje a cielo abierto, por lo que vivimos incendios de manera frecuente. A futuro, tenemos pensado proyectos que generen conciencia sobre lo que nos producen estos incendios e industrias, y todo será gracias a nuestro picosatélite sanSat-6”, detalla.

Los equipos finalistas de la competencia Cansat Argentina en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Conae. Créditos: Conae

Por su parte, Emanuel Durks del equipo Ad Astra de Misiones, destacó que la misión de su picosatélite es la dispersión de la sustancia yoduro de plata. Sin embargo, luego advirtió: “Se trata de una demostración técnica porque esta sustancia resultó inaccesible por el costo. De todas maneras, pudimos realizar la dispersión y recopilar los datos. Estamos felices”.

Respecto del yoduro de plata, explica que su función es la “inseminación de nubes para el control de granizo”. “Misiones es una zona agrícola y las nubes de granizo tienden a hacer destrozos en los cultivos, como el tabaco y el maíz. Lo que nosotros pensábamos hacer es la inseminación de las nubes para que, en lugar de que caiga granizo, llueva”, especificó el estudiante.

En camino a la soberanía espacial

“Uno de los objetivos de este gobierno es consolidar la conciencia respecto de que Argentina es uno de los diez países del mundo que puede fabricar sus propios satélites y colocarlos en el espaciosubrayó Filmus a esta Agencia, y continuó: “El gobierno recuperó todo lo que se había construido del 2003 al 2015 y que luego se dejó totalmente de lado”.

Además, resaltó el espíritu federal que acompañó a esta competencia, en la que “se han expresado cientos de estudiantes y sus profesores de escuelas de todo el país y los premios representan a distintas provincias. Los chicos de distintos lugares pusieron en práctica los conocimientos que aprendieron de la escuela y mostraron la capacidad que tienen”, subrayó el ministro.

La competencia Cansat arrancó en junio de este año y contó con 850 equipos inscriptos de colegios secundarios de todas las provincias del país. Los equipos ganadores fueron el Instituto Técnico San José de la ciudad de Justiniano Posse, Córdoba; la Escuela Técnica N°9 D.E 7 “Ing. Luis A. Huergo” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; el Instituto Técnico Salesiano Villada de la  ciudad de Córdoba; la Escuela Provincial de Educación Técnica N° 3 de la ciudad de Pirané, Formosa; y la Escuela Provincial de Educación Técnica N° 18 de la ciudad de Puerto Esperanza, Misiones.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ