La ciencia, contada por la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, llega a un nuevo espacio de divulgación en Página 12

Todos los martes, podrás encontrar las últimas novedades científicas y tecnológicas a nivel nacional e internacional en una nueva sección.

Los avances de la ciencia, contados por la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, llegan a un nuevo espacio de divulgación en Página 12. Créditos: Página 12

La Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, nuestra aliada y una de nuestras fuentes de noticias científicas, inauguró un nuevo espacio de divulgación de la ciencia y la tecnología, a partir de la coordinación de la sección de ciencia del diario Página 12. Allí, dará a conocer las novedades y últimos desarrollos del ámbito científico y tecnológico de nuestro país y el mundo, desde vacunas y medicamentos que están en pleno desarrollo, pasando por la evolución en la construcción de nuestros satélites, los hallazgos paleontológicos que siempre sorprenden, los constantes avances en inteligencia artificial, las investigaciones en biotecnología, y las últimas tendencias científicas sobre el cambio climático y el calentamiento global, entre muchos otros temas. 

Destacar no sólo los logros sino el proceso y el trabajo que realiza la comunidad científica argentina en todos los rincones del país, es otro de los objetivos que persigue esta nueva sección, al igual que retratar el lado más humano de las científicas y los científicos, cuyos esfuerzos y compromiso se ponen a prueba diariamente en una tarea que implica infinitos ensayos y errores, y que no está exenta de otros obstáculos y problemas a enfrentar.

Ingresá a esta sección y conocé todas las novedades en: www.pagina12.com.ar/secciones/ciencia

Las primeras científicas y los primeros científicos de la historia (II)

¿Quiénes fueron? y ¿Qué hicieron en pos del desarrollo de las ciencias, las tecnologías, las humanidades, las artes y el conocimiento? Esta es la continuación de un repaso cronológico de los perfiles de algunas personalidades de la historia que sobrepasan el estándar de profesionales de las ciencias. Además, al final de esta nota te proponemos dos desafíos.

Grabado de María la Judía del libro de Michael Maier «Symbola Aurea Mensae Duodecim Nationum» de 1617. Fuente: www.sciencesource.com.

En la primera parte de esta nota llegamos hasta el siglo I d.C. Continuemos entonces desde ahí y viajemos mentalmente hasta los siglos II y III, cuando los inexactos registros de la época ubican a María la judía (alias María la hebrea o Miriam la profetisa). María la judía vivió en Alejandría y es considerada la fundadora de la alquimia y una pionera en la experimentación y el desarrollo de esta práctica. Fue autora de los primeros tratados en los que describió la leucosis y la xantosis, las operaciones que después se tomarían como la base de esta disciplina. Asimismo se le atribuye la invención de dispositivos como el Tribikos -un artefacto para la destilación de elementos químicos- y el Kerotakis, un aparato de reflujo utilizado para calentar sustancias y recoger sus vapores. Este fue su invento más importante y reconocido. A su vez, otro de sus aportes más curiosos fue el “baño María”, el proceso utilizado aún hoy en la industria y los quehaceres domésticos para calentar sustancias de manera indirecta y uniforme a través de un primer recipiente que contiene agua en su punto de ebullición.

Busto de Liu Hui en la Universidad Internacional de Economía de Hunan. Créditos: Huangdan2060.

En otra parte del globo, precisamente en el reino de Wei, actual territorio chino, vivió Liu Hui (225-295). Liu Hui fue un matemático que editó -con la inclusión de comentarios de gran relevancia- el libro “Jiuzhang Suanshu” (Los nueve capítulos del arte matemático), una obra considerada en la historia China como la más importante sobre la disciplina y en la que trabajaron infinidades de generaciones tanto anteriores como posteriores a Hui. Dentro de sus capítulos consta el postulado de Liu Hui -con una estimación aún más precisa que la de                                                                          Claudio Ptolomeo- sobre el valor numérico de Pi (𝜋=3,14159).

Hipatia de Alejandría. Fuente: National Geographic.

Entre el 355 y el 416, los registros históricos hacen mención a Hipatia de Alejandría como una filósofa, escritora, inventora, maestra de la escuela neoplatónica y una de las primeras matemáticas de la historia. Dentro de esta disciplina contribuyó en gran medida a la geometría, el álgebra y la astronomía. Además de diseñar mejoras para instrumentos como el astrolabio, se le atribuye la invención del hidrómetro -un instrumento para medir el peso de los líquidos- y el hidroscopio -un dispositivo para medir el nivel del agua-. Dentro de su prolífica obra se destaca la mejora de los modelos de las ecuaciones algebráicas y la elaboración de tablas astronómicas. Hipatia fue asesinada en su ciudad natal (Alejandría) de manera atroz por una turba de cristianos fanáticos instigados por una creciente tensión con el resto de las religiones y contra el paganismo que ella profesaba. Sin dudas Hipatia fue una mártir de la ciencia y un símbolo del declive del pensamiento clásico ante el avance del cristianismo.

Retrato de Abbás Ibn Firnás. Créditos: Eulogia Merle – Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Durante un extenso período en el que el mundo occidental transitó épocas de retroceso y oscurantismo, la ciencia encontró refugio en otras culturas, latitudes y longitudes donde polímatas de aquellos tiempos conservaron los conocimientos desarrollados y continuaron profundizándolos a partir de sus propias investigaciones e invenciones. Tal es así que entre el 810 y el 887 la historia registra la figura del musulmán Abu l-Qāsim Abbās ibn Firnās (o Abbás Ibn Firnás) quién se desempeñaba como físico, químico, astrónomo, médico, ingeniero, inventor, filósofo, músico y poeta. A Abbás Ibn Firnás se lo conoce como la primera persona en intentar un vuelo (con lo que fue el predecesor del paracaídas) y  el precursor de la aeronáutica -ya que construyó el primer planeador de la historia con el que logró un vuelo breve pero exitoso-. Este hito resulta aún más trascendental, teniendo en cuenta que lo concretó en 875, más de 600 años antes que Da Vinci hiciera sus famosos modelos de máquinas voladoras y poco más de 900 años antes que Pilatre de Rozier y François Laurent consiguieran realizar el primer vuelo de la era moderna (completado en un globo aerostático sobre la ciudad de París). Tamaña contribución a la ciencia fue alcanzada por Abbás Ibn Firnás gracias a un estudio minucioso sobre el vuelo de las aves a quienes emuló a través de la confección de unas alas de madera recubiertas de tela de seda. Sin embargo estos no fueron todos sus aportes. Desarrolló además una técnica para cortar cuarzo (llamado cristal de roca en aquella época), una esfera armilar y construyó un planetario. Abbás Ibn Firnás murió en 887 en la ciudad de Córdoba, Al-Ándalus (actual territorio español).

Alhacén (grabado de Johannes Hevelius, Selenographia). Créditos: Adolph Boÿ.

 Más adelante en el tiempo, en la ciudad de Basora, actual Irak, nació en 965 (año 354 del calendario musulmán) Abū Alī al-Hasan ibn al-Hasan ibn al-Háytham -popularmente conocido en occidente como Alhacén o Alhazen-. Alhacén fue un físico árabe musulmán, experto en astronomía y  creador del método científico a partir de la realización de aportes en el campo de la experimentación. Además se lo puede considerar como el precursor de la óptica por sus trabajos y experimentos con lentes, espejos, reflexión y refracción, en los que demostró que toda la luz natural proviene del sol, viaja en línea recta y posibilita ver la imagen con nuestros ojos. Además, a partir de un completo estudio del ojo humano y de cómo funciona la visión a través de la retina y el cristalino fue capaz de inventar la primera cámara estenopeica. En el campo de la geometría formuló los primeros postulados sobre geometría elíptica y geometría hiperbólica. Alhacén murió en 1040 en El Cairo, actual capital de Egipto.

Avicena. Créditos: Michel Bakni.

En 980 nacido en la ciudad de Bujará, actual Uzbekistán, los escritos destacan a Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã conocido para el mundo occidental como Ibn Sina o Avicena, a quién apodaron como “el príncipe de los sabios”, “el más grande de los médicos” y “el maestro por excelencia”. El desarrollo de conocimiento conseguido por Avicena incluyó las más variadas disciplinas entre ellas la filosofía, la lógica, el Kalam (ciencia religiosa islámica), la poesía, la teología, las ciencias de la Tierra, la filosofía de la ciencia, la física, la psicología, la astronomía, la química, la geología y la mecánica. Sin embargo sus contribuciones más importantes fueron en el campo de la medicina a partir de la escritura de cerca de 300 libros sobre la temática, siendo los más importantes “El libro de la curación” -seis volúmenes en los que mezcla conocimientos de lógica, física, metafísica, botánica, zoología, matemáticas, música y psicología– y “El canon de medicina”, una enciclopedia puramente médica de 14 volúmenes basada en la combinación de su propia experiencia en dicha práctica, en los escritos de Galeno -uno de los más completos investigadores médicos de la edad antigua-, en los textos de Sushruta y Charaka -los padres de la medicina india y ayurvédica, respectivamente- y en libros de medicina persa y árabe. Como consecuencia de todo esto se considera a Avicena como uno de los más grandes médicos de todos los tiempos y el precursor de la medicina moderna.

Trota de Salerno. Fuente: www.rivasactual.com

Volviendo a Europa, alrededor del 1050, se destaca en su ciudad natal (actual Italia) la figura de Trota de Salerno (alias Trótula) quien fue una reconocida médica especialista en ginecología, catedrática y autora de numerosos tratados de anatomía y fisiología femeninas y otros libros que se convirtieron en referencia para el estudio de la materia en los siglos posteriores. Una de sus contribuciones más importantes fue su obra “De Passionibus Mulierum Curandorum” (Las dolencias de las mujeres) donde explicó en detalle el funcionamiento del cuerpo femenino desde el inicio de la menstruación, pasando por el control de la natalidad y la concepción, el embarazo, el parto y el puerperio, y hasta las afecciones urinarias más comunes y otras enfermedades del útero. Otro de sus aportes fue el “De ornatu mulierum” un tratado sobre cosmética, dermatología y enfermedades de la piel en el que describió por primera vez las llagas y sarpullidos producto de la manifestación cutánea de la sífilis. Trota tuvo una destacada posición como catedrática en la Escuela Médica Salernitana -el centro de conocimiento médico más importante del medioevo- donde llegó a formar grupos de destacadas mujeres médicas. Trota comprendía y recomendaba la importancia del aseo personal, de tener una dieta equilibrada y de la práctica de actividad física como costumbres a adoptar para vivir una vida sana y como conceptos básicos de medicina preventiva. Trota estudió y difundió la conveniencia de realizar cirugías en entornos sanitizados para evitar lo más posible las infecciones en pacientes.

Hildegard von Bingen. Fuente: www.heroinas.net

 En tierras del Sacro Imperio Romano Germánico, entre el 1098 y el 1179 los textos mencionan a Hildegard von Bingen (Hildegarda de Bingen) como una monja y abadesa benedictina, activa compositora musical y prominente médica, naturalista, escritora, poeta y filósofa. Hildegarda de Bingen es considerada la precursora de la historia natural. Además de sus cuantiosas obras literarias sobre religión y teodicea fue autora de textos sobre cosmología y antropología. Sus contribuciones de carácter científico más importantes fueron: el “Liber simplicis medicinae”-nueve tomos sobre las propiedades curativas de plantas, animales y otros elementos como los metales- y el “Liber composite medicinae” en el que describió varias enfermedades y sus tratamientos. Respecto a sus obras musicales Hildegarda compuso 43 antífonas, 18 responsorios, 7 secuencias, 4 himnos, 2 sinfonías, 1 aleluya, 1 kyrie, 1 oratorio y 1 pieza libre. Asimismo fue la autora de un auto sacramental musicalizado. Reconocida como una de las personalidades más influyentes y una de las escritoras más prolíficas de su tiempo, Hildegarda murió a los 81 años. En 1227 el papa Gregorio IX abrió su proceso de canonización que finalizó 785 años después (en 2012) cuando finalmente el papa Benedicto XVI procedió a su canonización extraordinaria y la nombró “doctora para la Iglesia Universal”.

Al Jazarí. Fuente: https://Science4fun.info

Otro de los exponentes principales de la Edad de Oro del islam –nacido en 1136 en la ciudad de Cizre- fue Badi az-Zaman Abū al-‘Iz Ibn Ismā’īl ibn al-Razāz al-Jazarī, conocido en occidente como Al Jazarí. Además de ser artesano, artista y escritor, sus campos de acción incluían la matemática, la astronomía, la ingeniería y la ingeniería mecánica específicamente. En estas últimas disciplinas Al Jazarí provocó una revolución a partir del diseño y la invención de dispositivos mecánicos y autómatas, por lo que se lo conoce como el padre de la robótica. Su principal obra fue “El libro del conocimiento de ingeniosos dispositivos mecánicos” en el que describe y brinda precisas instrucciones para la construcción de cerca de 100 artefactos entre los que se encuentran relojes, bombas de agua, fuentes, árboles de levas, bielas y cigüeñales -además de sus famosos autómatas que utilizaban la hidráulica como principal tecnología motriz-. Al Jazarí falleció en la actual Turquía en 1206.

Leonardo di ser Piero da Vinci. Fuente: https://Science4fun.info

Llegando al final de este repaso nos centraremos en la figura de Leonardo da Vinci. Leonardo di ser Piero da Vinci (así era su apelativo completo) nació en 1452 en Anchiano, un pueblo del municipio de Vinci (cercano a la ciudad italiana de Florencia) y es reconocido como el más grande exponente del Renacimiento italiano y tal vez el más consagrado de todos los científicos y polímatas. Leonardo fue artista -pintor, escultor y músico-, escritor -poeta y filósofo-, arquitecto y urbanista, ingeniero, inventor, astrónomo, anatomista, matemático, botánico y paleontólogo. Su conocimiento en estas múltiples disciplinas y su capacidad inventiva eran tan formidables que incluso algunos de sus diseños que no pudieron ser construidos en la época por insuficiencias tecnológicas, pudieron ser validados años y hasta siglos después. Leonardo realizó múltiples contribuciones en todas las disciplinas que desempeñó. Su práctica científica se basaba fundamentalmente en la observación de la naturaleza, como sus estudios sobre el vuelo de las aves o el movimiento del agua. En el campo de la matemática concibió un instrumento con el que solucionó de manera mecánica (no algebráica) el Problema de Alhacén y, aplicada a la arquitectura, investigó sobre el estrés, la tensión y la elasticidad de los materiales de construcción. Por otra parte, en física realizó aportes al estudio de la luz, la óptica y la hidrología. Asimismo, se formó en anatomía humana diseccionando cadáveres para realizar dibujos de huesos, órganos internos, músculos, tendones y hasta del sistema vascular. También incursionó en anatomía animal para hacer comparaciones con la de hombres y mujeres. En ingeniería se destacó por diseños conceptuales como la máquina voladora, el helicóptero, el ala delta o el barco de palas, y por inventos prácticos como el submarino, el carro de combate (precursor del tanque de guerra), el carro autopropulsado (antecesor del automóvil), el casco doble (para barcos), la escafandra, el rulemán; y otros artefactos como la calculadora, bombas hidráulicas y mecanismos de engranajes, bielas y manivelas. Además, aplicando sus conocimientos de ingeniería en la arquitectura y el urbanismo Leonardo fue sobresaliente en el diseño de puentes. Dentro de sus más conocidos se encuentran el puente autoportante, el puente giratorio, el puente de dos plantas, el puente giratorio de barcas, el puente canal y el puente del Cuerno de Oro, cuya historia es particularmente asombrosa. Resulta que en 1502 -ante la necesidad de unir las ciudades de Estambul y Galata- el por entonces sultán del Imperio otomano Bayezid II, al no encontrar quien pudiese construir un puente sobre un estuario del estrecho del Bósforo conocido como Cuerno de Oro, recurrió a Leonardo para materializar el proyecto. Leonardo le envió al sultán una carta con un innovador diseño de un puente de arco aplanado a partir de la utilización de bloques de piedra que perfectamente encastrados mantendrían su estructura gracias a la fuerza de gravedad. El puente hubiera medido alrededor de 240 metros de largo -diez veces más de lo habitual en esa época- 23 metros de ancho y 40 metros de altura en su punto máximo, lo que hubiera posibilitado el paso de barcos a vela. Eventualmente, Bayezid II desestimó el proyecto, aconsejado por sus asesores quienes lo consideraron inviable. Lo más impresionante sobre el diseño de Leonardo es que se adelantaba 300 años a los principios teóricos necesarios para el cálculo de este tipo de estructuras. Por fin, más de 500 años después, utilizando el modelo y los cálculos de Leonardo, un arquitecto noruego (Vebjörn Sand) construyó en 2001 cerca de Oslo el mismo puente (a menor escala y con materiales diferentes) y, por otro lado, estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts realizaron una réplica a escala -imprimiendo en 3D lo que hubieran sido las “piezas” de piedra- y comprobaron que la idea de Leonardo no sólo hubiera sido viable sino que se hubiese convertido en el puente de arco más grande del mundo en esa época. Y hay más, su ingenio era tan grande que también inventó máquinas como la de pulir espejos -resolviendo los problemas en la obtención de superficies regulares planas y/o cóncavas-; el telar mecánico y la máquina de cardar, lo que lo transformó en un pionero en intentar mecanizar procesos de fabricación. Por si todo esto fuera poco, dentro de su vasta producción artística, las contribuciones de Leonardo también fueron revolucionarias a partir de sus aportes en técnicas pictóricas innovadoras como en el sentido de la composición y el uso sutil de los esfumados de colores; en la utilización de la luz y la perspectiva; y en la técnica y la combinación de luces y sombras.                                  

De esta manera, conociendo un poco más sobre las contribuciones de conocimiento en los campos de las ciencias, las tecnologías, las humanidades y las artes de estas extraordinarias personalidades, terminamos este repaso histórico proponiéndote dos desafíos

  1. Escondida a plena vista entre los textos de ambas notas podrás encontrar una respuesta concreta a las preguntas que formaron la hipótesis. Te invitamos a escribirnos y decirnos quién creés que fue (el primer científico o la primera científica de la historia) y por qué se le puede adjudicar el título de profesional de la ciencia. 
  2. Además, como habrás notado, son 10 personalidades que descubrimos en cada parte por lo que faltarían dos personas más para armar dos equipos de 11… ¿Te animás a incluir una argentina o argentino para completar cada equipo y describirnos cuáles fueron sus aportes científicos por los qué considerás que tienen que formar parte de esta lista? 

Vamos a publicar tus respuestas en los destacados de nuestra web con tu nombre y apellido, solo nombre, alias, usuario de Instagram u otras redes, de manera anónima o como vos quieras (solo aclararlo en tu mail). Quedarán publicadas durante todo el mes de abril en homenaje a que el 10 celebramos el Día de la Investigadora y el Investigador Científico. Esperamos tu mensaje en tec@mincyt.gob.ar junto con ambas respuestas a este desafío y el asunto: Desafío TEC

Las primeras científicas y los primeros científicos de la historia (I)

¿Quiénes fueron? y ¿Qué hicieron en pos del desarrollo de las ciencias, las tecnologías, las humanidades, las artes y el conocimiento? Las siguientes líneas son la primera parte de un repaso cronológico de los perfiles de algunas personalidades de la historia que sobrepasan el estándar.

Parecen preguntas demasiado difíciles y ambiciosas para contestar en una nota dado que antes de empezar a buscar las respuestas primero tenemos que pensar y situarnos en la época en la que estas personas vivieron y -si bien el título de científica y científico parece importante- estas personalidades iban más allá. Se trataba en realidad de auténticas y auténticos polímatas: mentes sabias alimentadas por la curiosidad, las preguntas y la persecución incansable de respuestas en la búsqueda inagotable de conocimientos sobre los diversos campos de las ciencias, las humanidades y las artes

Grupo de pitagóricos celebrando la salida del sol. Himno al sol naciente, Fyodor Bronnikov (1827-1902; óleo)

Por todo esto es difícil asignarles solamente la categoría de científicas y científicos, y es aún más complicado establecer quién fue la primera o el primero. Este repaso pretende destacar la singularidad de varias de estas personalidades y sus históricas contribuciones al universo de la ciencia, la tecnología y el conocimiento de manera cronológica, lo cual agiganta aún más sus figuras teniendo en cuenta las épocas en las que vivieron. Hay una brecha temporal notoria entre los siglos I y X en las que muchas sociedades vivieron el ocaso de sus tiempos de auge (como la caída del Imperio romano de Occidente), comenzando épocas de declive y conmoción, lo que generó la falta de literatura histórica, un limitado desarrollo cultural y un descenso demográfico generalizado. Esto último fue originado por sucesos entre los cuales se destacó la plaga de Justiniano -que duró 200 años y en la que murieron hasta un 30% de las personas que habitaban en los continentes europeo, asiático y africano-. Cabe señalar además que muchas personalidades quedaron afuera de esta selección y que -de manera deliberada- abordaremos hasta los años de actividad de Leonardo Da Vinci ¿tal vez el más importante, consagrado y reconocido de todos los científicos y polímatas?

Tales de Mileto (ilustración de la obra de Ernst Wallis, 1877) Crédito: Wilhelm Meyer

Retrocedamos entonces hasta el siglo VII a.C. (antes de Cristo), viajemos mentalmente a esa época y empecemos a avanzar desde ahí. En la ciudad de Mileto (actual Turquía) entre los años 624 y 546 vivió Tales a quien se puede considerar como la primera persona en cambiar el paradigma de encontrar explicaciones fantásticas o místicas sobre los fenómenos del mundo y el universo, para pasar a buscar respuestas y explicaciones naturales mediante hipótesis naturalistas y especulaciones cuasi científicas y filosóficas. A Tales se le atribuyen importantes contribuciones en los campos de la filosofía, la matemática, la geometría, la física y la astronomía, entre otras disciplinas. Además de los teoremas que llevan su nombre -a partir de los cuales pudo medir las alturas de las pirámides de Giza en Egipto-, fue pionero en postular al agua como el elemento fundamental originario de la naturaleza y de la materia. Se puede pensar en Tales como el primero de los filósofos occidentales registrados y el creador de un legado de avidez por el conocimiento y la sabiduría.

Busto de Pitágoras en los Museos Capitolinos. Créditos: Szilas (2013)

En la isla griega de Samos en el 570 a.C. nació Pitágoras, considerado como el primer matemático puro gracias a sus aportes tanto en esta disciplina como en la aritmética y la geometría. Pero Pitágoras no se detuvo allí, aplicó sus postulados numéricos a la música, sentando las bases de la armonización y los intervalos musicales, y fundó la escuela pitagórica para la generación de conocimientos en cosmología, filosofía, medicina, ética y política, entre otros campos. Su contribución más relevante y conocida es sin dudas su teorema que postula que: en un triángulo rectángulo, la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa. Además fue el primero en proponer a la tierra como centro del universo; en que la órbita de la luna estaba inclinada hacia el ecuador; y en revelar que “el lucero del alba” y el “lucero de la tarde” (se creía que eran dos cuerpos diferentes) era en realidad el planeta Venus en ambos casos. Murió en el año 490 a.C. en Metaponto, actual territorio italiano. 

Téano Créditos: www.mujeresenlahistoria.com

La primera mujer -que aparece en registros de la época (550-500 a.C.)- y que se destacó por sus contribuciones en matemática, física, medicina y filosofía fue Téano, quién nació en Crotona, actual territorio de Italia. Su aporte más significativo fue el trabajo sobre la proporción áurea: el número algebráico irracional (ya que su representación decimal es infinita y no tiene período) derivado de una construcción geométrica cuya proporción se encuentra tanto en algunas figuras geométricas como en la naturaleza -por ejemplo en la distribución de las hojas en un tallo o de los pétalos en una flor, en el grosor de las ramas de los árboles o en el caparazón de un caracol-. En el arte y la arquitectura se atribuye un carácter estético determinado a los objetos cuyas medidas guardan la proporción áurea. Cabe mencionar que fue esposa de Pitágoras y destacada miembro de la escuela pitagórica.

Busto de Platón del siglo IV a. C. copia romana de un original griego (Museo Pio-Clementino del Vaticano) Crédito: Marie-Lan Nguyen (2006)

Hacia finales del siglo V (427 a.C.) en Atenas -Grecia- nació Platón. Seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles (a quién  encontraremos más adelante) las principales contribuciones de Platón fueron sus doctrinas filosóficas, relacionadas a diversas temáticas como la filosofía política, la antropología filosófica, la epistemología, la metafísica, la gnoseología, la cosmogonía y la cosmología, la filosofía del lenguaje y de la educación, la ética y la psicología. A sus 40 años fundó la Academia de Atenas, una escuela filosófica que alimentó mentes con conocimientos durante más de 900 años. A diferencia de muchos de sus colegas, todas sus obras quedaron completamente registradas dando cuenta de su autoría.

Hagnódica. Créditos: http://ensanluispotosi.com

Durante el siglo IV los escritos mencionan a Hagnódica (alias Hagnódice o Agnódice) como la primera partera, ginecóloga y obstetra de la ciudad de Atenas. En esa época (S.IV) se les permitía a las mujeres aprender sobre ginecología, obstetricia y partería pero no sobre medicina. Con el deseo de convertirse en médica, y con apoyo de su padre, Hagnódica cambió su aspecto y vistiendo ropas de hombre pudo acceder a la educación en dicha materia. Más adelante se especializó en Alejandría (Egipto) donde la mujer gozaba de mayor igualdad para el estudio y la práctica médica. De vuelta en Atenas comenzó a ejercer la medicina con apariencia masculina, confesando su condición de mujer a medida que entraba en confianza con sus pacientes. Producto de su eficacia, profesionalismo, popularidad y del crecimiento en la demanda de pacientes para su atención, fue calumniada y acusada del delito de suplantación de identidad por sus colegas hombres, dado que al descubrir su condición de mujer estaba infringiendo la ley ateniense que les prohibía el ejercicio de la disciplina. Esto desencadenó un juicio y una posterior protesta de mujeres (tal vez la primera de la historia) que logró que Hagnódica fuera liberada de los cargos en su contra (evitando la condena a muerte). Además la protesta sirvió para impulsar un cambio en la ley ateniense para que las mujeres pudieran aprender y ejercer la medicina. La consideración e inclusión de las mujeres en la medicina tal vez haya resultado en la mayor contribución de Hagnódica al mundo de las ciencias.

Busto de Aristóteles en Roma, Palazzo Altemps. Créditos: Lisipo – Jastrow (2006)

En el 384 a.C. nació en Estagira, reino de Macedonia, Aristóteles. Considerado uno de los padres -junto a Platón- de la filosofía occidental, profundizó sus estudios en filosofía política, metafísica, filosofía de la ciencia y ética. También se desarrolló en el campo de la astronomía, la meteorología, la física, la estética y la retórica. Además fue pionero en la generación de conocimientos en lógica y biología, explorando temáticas como la zoología y la embriología. Otras de sus principales contribuciones y aproximaciones al método científico fue el desarrollo filosófico que postuló a la experiencia como fuente de todo conocimiento. Hacia el final de su vida fundó el Liceo en Atenas como un espacio donde dar cátedra dando origen al término actualmente utilizado como referencia para designar instituciones educativas. Como curiosidad se sabe que Aristóteles fue durante 5 años el maestro de Alejandro Magno. Murió en la ciudad de Calsis en 322 a.C.

Arquímedes pensativo. Óleo sobre tela del pintor Domenico Fetti (1620). Gemäldegalerie Alte Meister, Dresden.

Otro de los polímatas más destacados y conocidos del mundo antiguo fue Arquímedes de Siracusa, quién nació en 287 a.C. en esa ciudad del actual sur de Italia. Arquímedes fue filósofo, inventor, matemático, físico, ingeniero y astrónomo. Dentro de la física revolucionó la disciplina a partir de la invención de la palanca y generó postulados en los campos de la estática y la hidrostática. Fue reconocido como diseñador e inventor de tecnología innovadora como el odómetro (dispositivo utilizado para medir y calcular distancias), su famoso “Tornillo” -utilizado hasta la actualidad para la elevación de líquidos y sólidos- y de maquinarias de guerra y asedio -capaces de incendiar o de hundir barcos enemigos en el agua-. En el campo de las matemáticas se lo considera como uno de los pioneros en obtener una aproximación extremadamente precisa al valor numérico de 𝜋 (Pi). El relato más difundido sobre uno de sus trabajos cuenta que el tirano reinante en Siracusa, quién había encargado a un orfebre una corona de oro sólido, le encomendó a Arquímedes probar si la corona era efectivamente de este material y no había sido adulterada incluyendo otros compuestos en su manufactura. Arquímedes sabía que debía obtener la masa y el volúmen de la corona para calcular su densidad y así compararla con la densidad de una pieza de oro puro de igual masa pero diferente volúmen. El problema que comenzó a rondar en la cabeza de Arquímedes era cómo lograr esto sin dañar la corona. Un día cuando se disponía a tomar un baño, al entrar en la bañera se dio cuenta que el nivel de agua subía cuando se sumergía. En ese momento comprendió que de esta manera podría calcular el volúmen de la corona y al dividir su peso por el volúmen del agua desplazada obtendría su densidad. El relato cuenta que Arquímedes embargado por la emoción de esa deducción que le permitiría cumplir con el encargo del rey salió corriendo de la bañera gritando desnudo por las calles de la ciudad: “Eureka” (lo he encontrado). En cuanto a sus conocimientos sobre ingeniería aplicados a la invención de maquinarias de guerra se le atribuye la mejora en la precisión de disparo de catapultas y escorpiones y la invención de la llamada “manus ferrea” una especie de grúa equipada con ganchos de metal, capaces de elevar parcialmente las naves sobre el nivel del agua para luego dejarlas caer causando la escoración o el hundimiento de los navíos enemigos. Arquímedes fue asesinado por un soldado romano cuando su ciudad natal cayó en manos de la república romana luego del sitio entre 214 y 212 a.C. 

Aglaonice. Créditos: Alzinous

Entre el siglo II y el I a.C. vivió Aglaonice (alias Agloanike o Aganice de Tesalia). Sus campos de acción y estudio eran la astronomía y la filosofía. Se la consideraba una hechicera y sacerdotisa ya que podía predecir la “desaparición” de la luna en el cielo, dados sus profundos conocimientos sobre la ocurrencia de los eclipses lunares. Además de los conocimientos sobre los eclipses, junto a un grupo de mujeres conocidas como “las brujas de Tesalia”, estudiaron y realizaron postulados sobre los ciclos lunares. Se creía que era poseedora de poderes sobrenaturales pero lo que realmente tenía eran notables capacidades de cálculo y de observación del cielo y las estrellas.                                     

Herón de Alejandría. Ilustración de una imagen de 1688 de la traducción alemana de su libro sobre neumática.

Entrando ya en la era cristiana (después de Cristo), entre el 10 y el 75 d.C. en la provincia romana de Alejandría (actual ciudad de Egipto), los registros mencionan a Herón como exponente de la matemática y la física, y un gran ingeniero, destacado por sus innovadoras invenciones y experimentos en los campos de la mecánica, la neumática, la hidráulica y la óptica. En matemática propuso una fórmula (conocida actualmente como “fórmula de Herón) para calcular el área de un triángulo utilizando sólo las longitudes de sus lados. Una de sus contribuciones más importantes que dio origen al aprovechamiento del viento en tierra fue la invención del molino de viento. Además, Herón logró construir la primera máquina de vapor llamada “eolípila” que si bien no tuvo aplicaciones útiles para la época fue el producto de sus investigaciones en hidráulica y neumática que dió origen a otros inventos como la “fuente de Herón”, las puertas automáticas y la máquina expendedora de agua. Por todo esto, a Herón le pusieron el apodo de “el mago”. Sus conocimientos sobre mecánica, neumática e hidráulica lo llevaron a escribir “Los autómatas” considerado como el primer libro de robótica de la historia. Se cree que Herón daba cátedra en el Museion de Alejandría, un establecimiento dedicado a las musas donde los eruditos de la época podían vivir y trabajar (más que el antecedente de los museos de la actualidad, el museion resultaba más parecido a lo que son las actuales oficinas de coworking).

Grabado representando a Claudio Ptolomeo en una obra de 1584. Reproducción tomada de la publicación Popular Science Volúmen 78, pag. 316 de Abril de 1911

En otra ciudad del antiguo Egipto, Ptolemaida Hermia, alrededor del 87 d.C. nació Claudio Ptolomeo. Fue matemático, químico, astrónomo, astrólogo, geógrafo, musicólogo, filósofo y escritor. Sus aportes a la astronomía están vinculados a su modelo del universo y al estudio geométrico respecto del movimiento planetario. En matemática se destacó por sus avances en el estudio de la óptica -específicamente en la refracción y reflexión de la luz- y en la aplicación de sus conocimientos de trigonometría para la manufactura de astrolabios y relojes de sol. Además, Ptolomeo proporcionó un valor fraccionario de 𝜋 (Pi) aún más preciso 377/120 (o 3,141666). Una de sus obras más importantes fue “Geographia” en la que describió el mundo conocido utilizando un sistema de latitud y longitud que fue referencia para los cartógrafos durante los siglos posteriores. También contribuyó en la música a partir de su tratado de teoría musical denominado “Harmónicos” donde postulaba que las leyes de la matemática eran la base de los sistemas musicales. Como resultado de la aplicación de sus conocimientos de astronomía se le adjudica la invención de los horóscopos. Claudio Ptolomeo murió en el 170 d.C. en Canopo, una ciudad vecina a Alejandría donde vivió gran parte de su vida.

Hasta acá repasamos los perfiles de 10 de las personalidades más destacadas para el desarrollo del conocimiento mundial. Continuá leyendo esta nota en la segunda entrega. Al final te propondremos un desafío. ¡No te lo pierdas!